Películas recién vistas: HELLBOY II

Guillermo Del Toro vuelve a dar vida fílmica a la célebre creación de Mike Mignola en Hellboy II: el ejército dorado, de nuevo con el simpaticón de Ron Perlman en el papel del "rojo". En esta ocasión, la historia es original, no directamente inspirada en los cómics: un príncipe duende busca el poder absoluto a través de una corona mágica, que permite a quien la lleve controlar a un imparable ejército de autómatas dorados imparables, creados mágicamente en tiempos pretéritos y ocultos en la tierra desde entonces. Obviamente, Hellboy y su colegas de la AIDP (Liz Sherman, Abe Sapien, Manning, y el nuevo fichaje, el ectoplásmico Johann Krauss) se verán envueltos en el asunto...
La película se ve con agrado. Como su predecesora, es simpática, el reparto es medianamente competente, tiene golpes de humor y un cuidadísimo diseño de producción y acabado de efectos especiales. La diferencia a favor de Hellboy II, comparando ambas películas, la marcan un tono algo más desenfadado, un ritmo mejor medido, y un verdadero derroche de imaginación del departamento de maquillaje y efectos, en algunos casos con evidentes referencias y "ecos" del anterior film de Del Toro, El Laberinto del Fauno. Mucho más espectacular, circense y abigarrada que la primera aventura fílmica de Hellboy, esta segunda película mezcla sin prejuicios todo tipo de elementos, y brinda escenas realmente espectaculares, como la del fascinante mercado troll o la del ataque del ser elemental gigante en pleno Manhattan. Un flashback inicial con marionetas animadas, efectivo y sorprendente; innumerables virguerías con la espada-lanza a cargo del príncipe duende, dignas del mejor cine de artes marciales; abundantes dosis de humor, destacando la divertida secuencia pseudomusical en la que Hellboy y Abe comparten sus penas de amor; todo ello y mucho más contiene Hellboy II, una película de evasión, sin bobadas, sin grandes alardes, y sin más pretensiones que las de divertir y entretener.
No será una "gran" película, como El Laberinto del Fauno, pero al menos, lo que promete, lo da. Algo es algo...