¿Por qué sigue siendo tan denterosa y sobrecogedora la versión que en 1982 realizó John Carpenter del clásico de la ciencia-ficción de los años 50? ¿Por qué, en estos tiempos de virguerías digitales sin fin, estos simples efectos con maquillajes, maquetas y muñecos siguen resultando perturbadoramente efectivos?
Pues, creo yo, porque el film conecta con el miedo a lo raro, lo ajeno, al "visitante", muy al estilo de Alien, de manera mucho más sutil y efectiva que papanatadas filofascistas como Independence Day o la reciente Battle Los Angeles, bien acompañado por la inquietante música de Ennio Morricone, que evoca la idea de algo vivo, pero diferente, extraño, peligroso. Y además, la idea de que el alien asimile las características de los seres que ataca y se convierta en ellos aporta múltiples posibilidades.
Porque el guión explota perfectamente el ambiente de reclusión en que se encuentran MacMurphy (Kurt Russell) y los demás miembros del equipo de la base yanqui en algún lugar de la Antártida. Es inquietante contemplar el rápido deterioro de la convivencia entre los miembros del equipo cuando se encuentran con sus vidas en peligro. Si algún día contactamos con extraterrestres tan peligrosos como el de La Cosa, seguro que a alguna lumbrera se le ocurrirá un reality-show en plan "encerrados con un alien"… o algo peor.
Ahora que se avecina una "precuela" (que tampoco parece nada del otro mundo) de este film, es buen momento para revisarlo una vez más y dejarse atrapar por su acongojante desarrollo y las múltiples transformaciones, a cual más espectacular y alucinante, del alienígena desenterrado de los hielos antárticos. Y mira que el film empieza de una manera tranquila, con la belleza del paisaje helado alrededor de la base… y un helicóptero que lo sobrevuela, sin más.
3 comentarios:
PELICULON, con mayusculas.
Es tb una de mis pelis preferidas. Hace tiempo que no la veo .... me están entrando unas ganaaaas.
Gracias por el comentario! Oye, pues no te prives. Te aseguro que el BluRay se ve de cine...
Ciertamente, peliculón, sin mas
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