La historia de cómo un tipo raro acaba convirtiéndose irremisiblemente en un psicópata y un asesino en serie. Eso es lo que encontraremos en las páginas de Mi amigo Dahmer, un libro realmente estupendo que Astiberri acaba de añadir a su espléndido catálogo, y que se une a una estupenda racha de títulos iniciada el pasado otoño.
Con un estilo caricaturesco pero muy expresivo y una estupenda narrativa gráfica, Derf Backderf presenta un acertado retrato de un típico pueblo pequeño americano, donde los típicos chavales y chavalas atraviesan como pueden los años de instituto. Dentro de esa rutina, Backderf y los demás estudiantes (por no hablar de los profesores) no se apercibirán de lo que realmente está ante sus ojos: la lenta degeneración del inquietante Jeffrey Dahmer, ese tipo raro y grandullón, con una situación familiar enloquecedora, un incipiente alcoholismo y extrañas maneras de comportarse, que se va volviendo cada vez más imprevisible y solitario.
Backderf, testigo de primera mano del proceso, exorciza (o lo intenta) los fantasmas de su relación con Dahmer, documentando cada paso del descenso a los infiernos de Dahmer (que ha servido de base para varias películas) con la enorme cantidad de datos que se reunieron tras la captura del asesino, y sin olvidar su parte de responsabilidad en ignorar lo que sucedía ante sus ojos. Es sobrecogedor el momento en el que el Backderf adulto recuerda el momento exacto en el que joven Backderf empezó a temer realmente a Dahmer...
Mi amigo Dahmer es un libro que va mucho más allá del habitual "parecía un tipo normal", huyendo de cualquier sensacionalismo. ¿Habrían sido distintas las cosas, se pregunta Backderf, si alguien se hubiera fijado mejor en Dahmer, si hubiera recibido ayuda, si su familia no se hubiera descompuesto? Backderf no disculpa, pero sí trata de comprender a Dahmer... demasiado tarde, eso sí, como él mismo reconoce.
En resumen: tan inquietante como interesante.
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