Conocíamos a Artur Laperla principalmente gracias a Superpatata, esa maravilla para todas las edades que ya ha alcanzado su sexta entrega, y también por otras obras como Dream Team, junto a Mario Torrecillas. Pero ahora, el autor nos sorprende con un nuevo personaje, no apto para todas las edades, pero sí para todos los lectores sin complejos que quieran pasar un rato divertido de veras. Melvin ha llegado. Y, esperemos, para quedarse.
Melvin es un fornido patinador, siempre con una mirada
cómplice y una sonrisilla picarona dirigida hacia nosotros, y que no dice ni
una sola palabra en toda la historia. Melvin habita en un escenario que remite
a tantas y tantas películas playeras de los setenta (no a otros iconos
relacionados con la arena y el protector solar, tipo Los vigilantes de la
playa). Y además de patinar estupendamente,
Melvin es irresistible para las mujeres de toda clase y condición. Como la
chica de las gafas de sol de la portada, es que no pueden quitarle los ojos de
encima. Aparecer y “pillar cacho” al instante, todo es uno para él. Y vaya si
pilla cacho. Ni siquiera la ley se le resiste…
Laperla
narra esta primera entrega (de muchas, esperamos) de las andanzas de Melvin con
desprejuiciado humor e irresistible desparpajo, sin evitar los momentos de sexo
explícito ni los chistecitos típicos del género (estupendamente bien
aprovechados), pero sin caer en lo chabacano, lo casposo o lo abiertamente
pornográfico. Además, Laperla hace divertidos guiños a la rebelión contra
el orden establecido, tan de los setenta, en los mencionados altercados que
protagonizan los patinadores cuando Melvin es arrestado injustamente por los
dos repelentes polizontes McCerdo y McPuerco (los nombres lo dicen todo). Con Melvin, Artur
Laperla demuestra su versatilidad con un tebeo ligero, divertidísimo y
brillante en todos los sentidos.
Ojalá el éxito de ventas acompañe a Melvin y podamos ver nuevas historias del sonriente
patinador. Desde luego, Melvinsatisface… y además, deja con ganas de más. Más información, en este enlace.
En resumen: queremos más.
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