"You're going to need a bigger boat."

"You're going to need a bigger boat."

viernes, 26 de agosto de 2011

EL MONTÓN DE TEBEOS presenta... LOCAS, de Jaime Hernandez

Resulta difícil decir algo que no se haya dicho ya sobre Locas, la monumental obra de Jaime Hernandez. El impresionante retablo de personajes y vivencias imaginarias (y sin embargo, vívidas y reales como la vida misma) que el artista nacido en Oxnard (California) lleva componiendo en Love and Rockets desde primeros de lo 80 es tan rico y variado, ha sido tan alabado y ha recibido tantos premios que resulta complicado aportar algo nuevo al respecto. Sólo puedo decir una cosa. Si no has leído Locas, deberías. Ya.

Como todo el mundo sabe o debería saber, Locas cuenta la historia de un amplísimo grupo de personajes, pero dos llevan la voz cantante: Margarita (Maggie) Chascarrillo y Esperanza (Hopey) Glass. Dos mujeres que se mueven en la escena punk de Hoppers, la ciudad del sur de California donde residen. En Locas, Hernandez cuenta lisa y llanamente la vida de la encantadora y atolondrada Maggie y la malhablada y rijosa Hopey, desde que son dos adolescentes algo buscalíos vagando por el barrio, hasta que, ya adultas, van descubriendo que, estén donde estén y les pase lo que les pase, por encima de matrimonios, amistades, familia y preferencias sexuales... no pueden vivir una sin la otra.
Alrededor de Maggie, encontramos a una pléyade de personajes relacionados entre sí y con ellas de diversas formas. La lista sería demasiado larga para incluirla aquí, pero a nada que te acerques por Hoppers enseguida te sonarán los nombres de Penny Century, Izzi Reubens, Doyle Blackburn o Ray Dominguez, por citar solo unos pocos.

En los diferentes relatos que componen Locas, Jaime incluye elementos que se han convertido en seña de identidad de la saga, que provienen de sus propios gustos y vivencias personales: la escena punk, la música, el microcosmos de la California fronteriza con México, los superhéroes, la lucha libre femenina… Como en todas las buenas obras, todo enriquece el conjunto, nada sobra, nada es superfluo, nada parece impostado.
La evolución de los personajes en Locas es modélica. Maggie y Hopey, y todos los demás a su alrededor, crecen, en edad y en experiencias: cambian de peinado, de amigos, de amantes, de residencia, de gustos. Vamos, como en la vida real. Sueñan, aman, odian, se ríen, se enfadan. Como en la vida real, porque es lo que cuenta Locas: vida real.

Pese a los numerosos elementos de fantasía y ciencia-ficción que su autor introdujo en la saga en sus primeras entregas (y a los cuales recurre, de vez en cuando, pero mucho menos, segun avanza la saga), el slice of (latin) life, bien aliñado con un poco de realismo mágico, es lo que encontrarás en Locas. El mejor exponente de ello, sin duda, es Maggie: el ver cómo cambia de episodio a episodio (de peinado, de actitudes, y también de talla) asombra, encandila, engancha… como ella misma hace con Hopey y con otros personajes en los que deja una huella imborrable.
Pero es que además de excepcional narrador de historias, creador de un mundo propio, Jaime es algo más que un buen dibujante, y no tienes más que examinar cualquiera de las imágenes que acompañan este post para comprobarlo. Asimilando influencias de diferentes autores, desde DeCarlo a Ditko o Kirby, Jaime crea un estilo propio que ha inluido en muchos autores posteriores; un elegante, sobrio y delicioso dibujo en blanco y negro que se caracteriza por un soberbio dominio de la figura humana y su expresividad, una estilización magistral y un abanico de recursos gráficos tan amplio y variado que, simplemente, dejan boquiabierto, página tras página.

Lo mejor de todo es que, una vez atravesados los cientos de páginas de los tres volúmenes de Locas, aún puedes encontrar más de Maggie, Hopey, Penny y compañía en dos libros estupendos: La educación de Hopey Glass y Penny Century, las entregas más recientes en castellano de las historias de Jaime Hernandez, donde su autor añade más historias a su mundo, volviendo a demostrar su maestría. Locas es un cómic simplemente imprescindible para cualquier aficionado al mundo de las viñetas. Uno de esos tebeos de referencia que hay que leer, releer y atesorar. Una obra maestra.

No hay comentarios: