Wáluk es el ejemplo perfecto de cómo se puede hacer una historia excelente, por lo directa y sencilla, dirigida a todas las edades, y a la vez transmitir un mensaje sin sonar a sermón; y además sacándole partido al indudable encanto de un animal tan fascinante como el oso polar. Las aventuras del osezno Wáluk, presentadas por
Astiberri en un elegante álbum, incluyen además un apabullante despliegue gráfico de
Ana Miralles, que vuelca el virtuosismo que ya conocemos de su célebre serie
Djinn en dar vida a Wáluk y a su amigo, el gruñón y veterano Esquimo, y al ambiente que les rodea, el menguante polo norte. La autora disfruta con su trabajo, y nos hace disfrutar al mismo tiempo. Simplemente, una gozada de álbum, recomendable de principio a fin.
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