La nueva obra del autor de Leviatán o la ballena sigue los pasos de su predecesora. No es un libro de narrativa lineal ni un ensayo al uso, sino un conjunto de impresiones, vivencias y reflexiones de su autor sobre un tema, esta vez, mucho más amplio que las ballenas (que también aparecen, por cierto): el mar, su simbolismo, su relación con la vida humana en general y con la de Hoare en particular, en todas sus facetas. Eso sí, la documentación que maneja su autor nada tiene que envidiar a cualquier ensayo más académico.
Hoare encuentra en su obra momentos para casi todo: colonias penales en lugares remotos, historias de antepasados lejanos y cercanos, pájaros (especialmente clara queda la fascinación del autor por los cuervos y su inteligencia, asimilable a la de los primates), paisajes costeros sobrecogedores, la colonización y sus funestas consecuencias, animales extintos (o no), científicos, pescadores, islas fascinantes, leyendas, puertos, barcos mercantes…
El libro, así, es casi un cajón de sastre en el que caben multitud de cosas, como multitud son los lugares que Hoare, incansable viajero, visita. No sorprende que las ballenas vuelvan a aparecer, dada la fascinación del autor por los cetáceos que tan bien ilustraba su anterior libro.
En resumen: un libro lleno de cosas interesantes, evocador, enriquecedor, sincero y estupendamente bien escrito, que se lee en un suspiro.
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