El film dirigido por John Watts saca partido al atolondramiento del héroe novato y a sus ganas de hacerlo bien, se guarda un par de sorpresas muy bien colocadas y deja perfectamente encarrilada su continuación. Eso, casi obligado pero a veces muy difícil de concretar, se resuelve estupendamente en una parte final antológica.
Pese a que en muchos momentos los efectos especiales no están a la altura de lo que se espera en una producción de este tipo (véase algunos momentos de Spiderman en movimiento o la batalla final), la película entrega escenas de acción de lo más convincentes (el asunto del obelisco de Washington) y apuesta todo al empaque de su reparto. Un poco sorprendente pero siempre efectivo Robert Downey Jr., un contenido Michael Keaton y un excelente Tom Holland, con el felicísimo hallazgo de Marisa Tomei en el papel de la tía May, sostienen el film, bien medido de ritmo y con un buen apoyo musical.
Pero el verdadero triunfo es dar, por fin, con el personaje: un tipo con más agallas que cerebro, que solo piensa en cómo puede ayudar a los demás, y que nunca se rinde. Que puede ser blanco de las burlas y puede resbalar y caer, pero que siempre se levanta de nuevo.
Por cierto, lo de "Homecoming" podían haberlo traducido tranquilamente como "graduación", y habría quedado mucho mejor. Y muchas escenas clave quedaban desveladas en el trailer, cosa que Marvel tiende a hacer siempre. Pero en resumen, se lo pasa uno muy bien. Ojo: hay dos escenas postcréditos, y sobre todo, una de ellas, es de las que no se olvidan.
En resumen: muy divertida.
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