"You're going to need a bigger boat."

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viernes, 10 de octubre de 2008

THOR SIN FRONTERAS: La película de THOR (1)


La noticia saltaba hace unos días desde distintas fuentes, entre ellas Neuronas Asesinas: tras "darle suela" a Matthew Vaughn, director de la insulsa Stardust (quien en estos momentos filma Kick-Ass), Marvel tanteaba a un nuevo director para la película de Thor: Kenneth Branagh. Si se confirma el rumor (cosa que por ahora no ha ocurrido), continuará la política de la casa en relación a las adaptaciones cinematográficas más recientes de sus personajes: contratar a profesionales de prestigio (directores y protagonistas), para dar lustre a los carteles y tratar de atraer así a un público más amplio. Branagh se uniría a la lista que ya forman los Robert Downey Jr., Jon Favreau, Louis Letterier, Ed Norton y demás. Todavía no se ha hablado en firme de ningún actor protagonista para el papel de Dios del Trueno: ha habido rumores (bastante menos "documentados" que el que nos ocupa) que colocaban el martillo en manos del mismísimo Brad Pitt. Aunque candidatos no faltarán, dados los éxitos de Iron Man y The Incredible Hulk. Veremos...

Entretanto, hablemos un poco de Branagh, que es unos de mis directores favoritos, además. Nacido en Belfast en 1960, y tras formarse bajo la tutela de Sir John Gielgud y acumular una larga experiencia como actor y director teatral, principalmente relacionada con Shakespeare, Branagh debutó en el cine con una vibrante adaptación de Enrique V, que dirigió (y protagonizó junto a sus colegas de compañía teatral, excelentes actores que se convertirían en fijos en sus siguientes filmes: Emma Thompson, Richard Briers, Michael Maloney, Nicholas Farrell, Brian Blessed...) que le valió un gran éxito y varias nominaciones a los Oscar. En ella, establece un estilo de rodar que usará con éxito en sus siguientes películas, y muestra una predilección por elaborados planos-secuencia, algo que trabajar con actores curtidos en el teatro le permite sin problemas y que agiliza los rodajes de sus filmes.
Tras padecer el "síndrome de la segunda película" con su fallida y "hitchcockiana" Dead Again (Morir Todavía, 1991) y realizar una pequeña adaptación de una obra de Chejov en Swan Song (1992), Branagh triunfa de nuevo con la estupenda Peter's Friends (Los amigos de Peter, 1992) y su festiva y animadísima Much Ado About Nothing (Mucho Ruido y Pocas Nueces, 1993).
Después (uniéndose a la "moda" inaugurada por Coppola en Bram Stoker's Dracula y que continuaría Mike Nichols en Lobo de "revisar" a los mitos clásicos del terror), da forma a Mary Shelley's Frankenstein (1994), protagonizada por él mismo y por Helena Bonham-Carter y Robert DeNiro: una brillante, desaforada, poderosa y magistral versión de la novela original, una gran película que un final algo apresurado no consigue estropear. El film cosecha una acogida desigual, en muchos casos de rechazo frontal (en especial hacia el hedonismo de Branagh como protagonista, lo cual es como criticar a un caballo blanco porque es blanco; que Branagh es bastante pagado de sí mismo está a la vista desde Enrique V), mezclado con el revuelo que provoca su separación de la que hasta entonces es esposa, primera actriz y musa, la sin par Emma Thompson.
Branagh filma después In the Bleak Midwinter (En lo más crudo del invierno, 1995), agradable enredillo teatral en blanco y negro que le sirve de precalentamiento para emprender lo que, según sus propias palabras, es el sueño de su vida fílmica: una monumental adaptación íntegra de Hamlet, de 4 horas de duración, para la que reúne un reparto inigualable, encabezado por él mismo (obviamente, como el príncipe danés), un curioso crisol de estrellas internacionales (desde Kate Winslet a Billy Crystal, pasando por Robin Williams, Gerard Depardieu y otros muchos) nombres míticos (Derek Jacobi, Julie Christie...) y "los de siempre" (Briers, Maloney, Farrell, Blessed...). El resultado es colosal, pero el éxito comercial no acompaña demasiado, sobre todo porque lo que se ve en los cines es una versión "algo" recortada: dura... dos horas, en vez de cuatro.
Tras Hamlet, Branagh se desdibuja un tanto: realiza trabajos como actor (algo que alternaba ya con su carrera como director en años anteriores), pero no filma otra película hasta 2000: Love's Labour Lost (Trabajos de Amor Perdidos), de nuevo adaptando a Shakespeare, en forma de musical, con un resultado simpático pero simplemente correcto. Sus dos filmes más recientes, una poco inspirada adaptación de La Flauta Mágica de Mozart y una innecesaria nueva versión de La Huella, pasan sin hacer demasiado ruido.

Ahora, toca esperar a la confirmación oficial del rumor de que dirigirá Thor. Seguro que, de ser así, veremos a Branagh hacer comparaciones entre los mitos nórdicos y las obras de Shakespeare...

1 comentario:

Sergio dijo...

Ostras macho, ahí te han dado de lleno ¿eh? Vamos a ver qué hacen con tu Thor del alma... si es que se confirma el tema.