"You're going to need a bigger boat."
martes, 23 de diciembre de 2008
Mis películas favoritas: MYSTIC RIVER
Jimmy, Dave y Sean eran tres chavales que vivían en un barrio de Boston, en una zona cercana al río Mystic. Un día como otro cualquiera, golpeó la tragedia en la vida de uno de ellos... y ya nada fue lo mismo.
Hoy, muchos años después, Sean Devine (Kevin Bacon) es policía, y ha perdido el contacto con sus dos amigos de la infancia y con el barrio en el que creció; Dave Boyle (Tim Robbins) sigue viviendo en el vecindario con su mujer, Celeste (Marcia Gay Harden), y es padre de un hijo; y Jimmy Markum (Sean Penn), casado en segundas nupcias con Annabeth (Laura Linney) regenta una tienda y también está metido en numerosos negocios turbios. Y de nuevo, golpea la tragedia... la hija de Jimmy, Katie (Emmy Rossum) aparece muerta la misma mañana en que otra de sus hijas hace la comunión. Sean y su compañero, Whitey (Laurence Fishburne) son los encargados de investigar el caso... pero Jimmy también investiga por su cuenta.
Esta es la historia que cuenta Clint Eastwood en Mystic River, escrita por Brian Helgeland (guionista, entre otras, de L.A. Confidential) a partir de la novela homónima de Dennis Lehane.
La película que siguió a la excelente Space Cowboys y a la entretenida Deuda de Sangre en la filmografía de Clint Eastwood cuenta una historia dura, trágica y desgarradora. Cada minuto, cada plano de Mystic River está cargado de emoción, de tristeza, de dolor. El certero hacer de Eastwood da forma a una película excepcional, sin concesiones, en la cual una serie de sucesos encadenados, protagonizados por personajes atrapados en sus respectivos pasados, con vidas que se entrecruzan en una telaraña sin escapatoria posible para ninguno de ellos, terminarán irremisiblemente en un final triste y desolador....
La película es una sucesión de aciertos, de escenas perfectamente medidas, donde brilla una vez más el estilo clásico y certero de su director, una vez más acompañadas por una brillante banda sonora, compuesta por el propio Eastwood. La salida de los invitados de la comunión de la hija de Jimmy, cuando los coches de policía cruzan por delante de ellos... el terrible relato en la penumbra que hace Dave de su huida, cuando se llama a sí mismo "el niño que escapó de los lobos"... el cegador estallido que certifica la tragedia, tras el tenso diálogo entre Jimmy y Dave a orillas del Mystic, "el río en el que lavamos nuestros pecados"... la frase final que Annabeth susurra al oído de Jimmy, que da un terrible sentido a todo lo que su marido ha hecho... el cruce de miradas entre Annabeth y Celeste en el desfile...
Eastwood compone una impecable película en la que la violencia siempre está presente, aunque solamente se manifieste en breves estallidos: pero un ambiente desolado, una especie de corriente soterrada de la que no se puede huir, recorre todo el metraje de principio a fin: en el velatorio de Katie, en la crucial conversación en el porche entre Celeste y Jimmy, en la memorable escena de la escalera entre Dave y Celeste... Durante toda la película, somos conscientes de que esto no va a terminar bien... y eso es exactamente lo que ocurre: Sean no podrá resolver a tiempo el enigma de la muerte de Katie para evitar que el barrio que tan bien conoce aplique su implacable ley...
Capítulo aparte merece la excelente (una vez más) dirección de actores de Eastwood, que saca lo mejor de su reparto. Un más que correcto Kevin Bacon (a quien normalmente no puedo ver ni en pintura) se defiende como Sean, pero son sus dos compañeros protagonistas quienes se "comen" la película. Tim Robbins compone un Dave magistral, patético, digno de lástima, pero que a la vez puede resultar inquietante y terrorífico (véase la ya mencionada escena de la escalera con Celeste, o la conversación final con Jimmy; ambas ilustran a la perfección las dos dimensiones del personaje).
Y ¿qué decir de Sean Penn?. Lejos de sus irritantes sobreactuaciones en muchas otras películas, el protagonista de Pena de Muerte logra una caracterización inolvidable del iracundo, terrible, implacable Jimmy Markum, todo miradas intensas, gestos comedidos, dientes apretados. En numerosas escenas, sin hacer nada en especial, Penn da verdadero miedo. Por su parte, Laura Linney y Marcia Gay Harden, dos actrices excelentes que ya habían trabajado con Eastwood con anterioridad, bordan sus respectivos personajes de Annabeth y Celeste. Resulta escalofriante la dureza implacable que la primera consigue dar a su Annabeth, que contrasta con la extrema fragilidad y patetismo de la desdichada Celeste.
Qué gran película. Uno de esos casos en los que la expresión "obra maestra" no es en absoluto exagerada. Y qué gran director, como ha seguido demostrando desde entonces.
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2 comentarios:
La mejor película del maestro Clint desde "Sin Perdón".
Como bien dices una obra maestra y un clásico instantaneo.
A ver que tal su última película que tiene muy buena pinta.
Saludos desde mi retiro en Marte.
Y Felices Fiestas.
Nos vemos en el 2009, que espero que nos depare muchas sorpresas.
Qué razón tienes, Osterman! Y feliz 2009 para ti también!
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