
Impredecible, con un mal llevado desorden de personalidad múltiple y estética ochentera total. Se pone febril por menos de nada y exhibe unos molestos brotes telekinéticos y pirokinéticos. De tendencias homicidas muy acusadas, siempre viaja con algo afilado a mano. Secreto de belleza: maquillaje blanco y rastas. Odia: al mundo en general (a Murdock también, naturalmente), y su personalidad modosita de niña buena en particular.
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