"You're going to need a bigger boat."
lunes, 5 de octubre de 2009
Películas recién vistas: EL SECRETO DE SUS OJOS
El tándem formado por el actor Ricardo Darín y el director Juan José Campanella nos trae de nuevo sus agradables aires porteños con El secreto de sus ojos, recién presentada en el Zinemaldia de San Sebastián con la cálida acogida que merece, dada su enorme calidad. Esta vez, se alejan del esquema que tan buenos resultados les diera en la excepcional El Hijo de la Novia, la vitalista Luna de Avellaneda y la estupenda El mismo amor, la misma lluvia y nos presentan un original drama ambientado en dos Argentina diferentes: la de María Estela Martínez de Perón y la actual.
Benjamín Expósito (el siempre, siempre bienvenido Ricardo Darín), recién jubilado de su trabajo en los juzgados penales, decide escribir sobre una caso concreto que le atormentó (y le atormenta), hace muchos años: el asesinato de una joven en 1974, caso que Expósito y su compañero, el sempiterno borrachín Pablo Sandoval (Guillermo Francella). Una arriesgada empresa en la cual Expósito contó con la ayuda de su inmediata superior, la bella, competente e íntegra Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil), quien además resultó ser el amor de su vida; una aventura con un triste final, que marcó su vida y que ahora Expósito trata de exorcizar a base de convertirla en una novela. Pero poco a poco los recuerdos del antiguo caso hacen presa en él... y se encontrará con nuevas revelaciones, y también con una nueva oportunidad de mirar a los ojos de Irene, tantos años después.
Con un agradable aire clásico y sin adornos ni fruslerías, Campanella va desgranando la historia ante nuestros ojos, con contínuos saltos adelante y atrás en el tiempo, en los que una cuidada estructura y una más que convincente caracterización de los personajes logra que no nos perdamos en ningún momento. El guión de Campanella y Eduardo Sacheri, autor de la novela original, contiene suficientes dosis de humor, desamparo, tristeza, idealismo, política y suspense para satisfacer al espectador más exigente, con las pinceladas "argentinas" justas (las referencias a la falta de escrúpulos de la policía a través del siniestro Gómez, a la pasión por el fútbol...).
Capítulo aparte merece el elenco interpretativo. Ricardo Darín y Soledad Villamil repiten protagonismo conjunto tras El mismo amor, la misma lluvia, y ambos están soberbios, auténticos en cada gesto y cada mirada. Los dos secundarios principales, Pablo Rago (visto en Vientos de Agua), viudo de la víctima, cuyo desonsuelo aguijonea a Expósito a investigar; y el siniestro sicario Gómez (Javier Godino), el principal sospechoso del asesinato, están a la altura, como también lo está el simpático Guillermo Francella como Sandoval, en un papel que bien podría haber interpretado también otro actor talismán de Campanella, el inefable y genial Eduardo Blanco.
Una película soberbia de principio a fin, sin altibajos, narrada en imágenes de manera notable (atención a la impactante escena rodada durante el partido de fútbol, que deja sin respiración), con unos actores excelentes y un guión a prueba de bomba. ¿Qué más se puede pedir?
Más información, aquí.
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