"You're going to need a bigger boat."

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viernes, 18 de diciembre de 2009

Es Navidad, 2: CUENTO DE NAVIDAD CON LOS TELEÑECOS


Ahora que ha llegado una vez más la Navidad, nos encontramos con una nueva versión del clásico A Christmas Carol de Charles Dickens, esta vez obra de Robert Zemeckis, que ha realizado un filme de animación en 3D, con la misma técnica que usó para Polar Express, y con Jim Carrey (o su versión 3D, más bien) en el papel de Ebenezer Scrooge. Pero el objetivo de este post no es hablar de esta nueva versión, que no me interesa demasiado.

No, me propongo hablar de la protagonizada por los Teleñecos, realizada en 1992, con las principales estrellas de la célebre troupe de Jim Henson en los papeles principales y un invitado de excepción: un impresionante Michael Caine en el papel de Scrooge.

"Empecemos por decir que Marley estaba muerto, de eso no había ninguna duda". La famosísima frase de inicio de la historia de la redención del tétrico y avaro Scrooge es pronunciada esta vez por el Gran Gonzo, que interpreta al mismísimo Dickens y actúa como narrador, acompañado del siempre liante Rizzo la Rata. Como en todas las versiones, el ex-socio del finado Marley, el terrible Scrooge, reniega de la Navidad, y abomina de la felicidad y los festejos a su alrededor, despreciándolos con un cortante "paparruchas". Tiraniza a sus empleados, entre ellos el bondadoso y abnegado Bob Cratchit (la rana Gustavo), cuya familia numerosa se enfrenta a unas fiestas de escasa dicha, dada su penuria económica y la enfermedad del menor de sus retoños, el inválido Tiny Tim.

Pero ah, Scrooge va a verse sacudido por la visita nocturna del espectro de su difunto socio (en este caso, dos socios, los hermanos Marley, encarnados por los popularísimos viejos gruñones del palco). Los Marley sobresaltan a Scrooge, y le advierten de que debe cambiar. Acto seguido, tres fantasmas le mostrarán el pasado, el presente y el futuro de su vida y las consecuencias de su frialdad y su conducta, que solamente le han llevado a una amarga soledad. La catártica y fantasmagórica noche pasada con los espectros operará un cambio en Scrooge...



Michael Caine, actor sin par, compone un Scrooge maravilloso y lleno de humanidad. Tanto en su faceta de terrorífico avaro anti-Navidad como en la penuria de la noche pasada con los espectros (fantásticas las versiones que hace la gente de Henson del trío de fantasmas) y su transformación en una persona nueva, Caine lo borda. El resto del reparto, mezcla de actores de carne y hueso con criaturas de trapo y alambre, también cumple con su cometido de manera ejemplar. Tal es la magia de las marionetas de Jim Henson: la interacción entre muñecos y actores está tan lograda que nunca chirría. Por no hablar de lo divertido de las encarnaciones "victorianas" de los célebres personajillos: como es natural, destaca la señorita Piggy, absolutamente brillante como la sufrida pero enérgica esposa de Bob Cratchitt.

Como es habitual, la trama se ve salpicada de numerosas cancioncillas, de mensaje bienintencionado, simplonas y dulzonas, pero en general terriblemente pegadizas. Al igual que Los Teleñecos en la Isla del Tesoro, otro clásico de la factoría Henson, esta versión del cuento dickensiano es muy fiel al original (con alguna licencia que otra, evidentemente), pero contribuye, además de a entretener y divertir sobremanera, a extender más aún esa historia inmortal: la que más fama le brindó a Dickens en su día, la que más impresionaba al público en sus míticas lecturas en vivo; una de las más adaptadas a otros medios de toda la ingente producción literaria del autor de Oliver Twist, y una de las que mejor resume los valores del humanismo cristiano que Dickens siempre enarboló en sus obras...

Siempre agradable de revisar, sea Navidad o no...

1 comentario:

David dijo...

¿Tienes esta en DVD? A mí me interesa también más que la de Zemeckis.