Películas recién vistas: DESPEDIDAS

Daigo (Masahiro Motoki) es un violonchelista sin suerte. La orquesta en la que toca se ha ido a pique, y su única opción es volverse con su esposa, Mika (Ryoko Hirosue) a la casa donde nació. Allí, al responder a una atractiva oferta de empleo, emprenderá una andadura completamente diferente que le llevará a descubrir muchas cosas nuevas, sobre la muerte, sobre la vida, sobre sí mismo y su propia existencia... porque su nuevo trabajo es el de amortajador: el encargado de preparar a los difuntos para su último viaje.

La película de Yojiro Takita, ganadora del más reciente Oscar al film de habla no inglesa, es sensible, emocionante, universal y elegante. Sensible, porque consigue no resultar sensiblera, y eso es especialmente meritorio tratando el tema que toca; además, se le añade la connotación negativa que tiene el nuevo empleo de Daigo entre sus conciudadanos. Emocionante, por la sutileza, ciudado y exquisita delicadeza del ritual de amortajamiento, uno más de la tan ritualizada vida japonesa, cuyo significado se explica en el film, y por la especial corriente de energía que el rito provoca entre quien lo practica y los deudos del difunto, que asisten al mismo: una energía que se puede manifestar de manera desgarradora, serena, triste o incluso cómica, pero siempre estará presente. Universal, porque la muerte y todo lo que la rodea sobrepasa fronteras, idiomas y culturas. Y elegante, por la sobriedad de la puesta en escena de su director, con narración reposada y tratamiento visual espléndido, sin amaneramientos ni bobadas, con largos pasajes sin diálogos porque no hacen ninguna falta. Inmejorable acompañamiento musical aporta la partitura de Joe Hisaishi, intercalada con piezas musicales de autores como Beethoven o Brahms.

El reparto cumple con su cometido de manera ejemplar. Los jóvenes protagonistas aportan interpretaciones muy poco afectadas, y todos los secundarios están excelentes en sus papeles. Mención aparte merece el veterano Tsutomu Yamazaki, que interpreta al hierático amortajador Sasaki, quien contrata a Daigo sin más recomendación que su propia intuición de que "vale para el trabajo". Yamazaki formó parte de los repartos de tres conocidas películas del maestro Kurosawa: El infierno del Odio, Barbarroja y Kagemusha. Ahí es nada.

Recomendable para todo el mundo. Una película para dejarse atrapar por su encanto, para disfrutar de principio a fin.