El ensayo de Stephen King sobre el género del terror en sus distintas vertientes es una lectura apasionante, pese a los años trasncurridos desde su publicación. King, con su prosa fácil y magnética de siempre, se va adentrando en ese territorio que tan bien conoce, desde los dos puntos de vista: el del creador y el del aficionado. Por ejemplo, habla de los arquetipos del terror: la cosa, el vampiro, el hombre lobo y sus máximas expresiones literarias: Frankenstein de Mary W. Shelley, Dracula de Bram Stoker y El extraño caso del dr. Jekyll y Mr. Hyde de R.L. Stevenson. King analiza las claves de la atracción que provoca el género, aportando numerosos ejemplos extraidos de su amplia biblioteca de voraz consumidor de cine, libros, radio y televisión desde su más tierna infancia. También habla de sus experiencias con el género, desde niño, y de cómo esas experiencias han ido filtrándose en su extensísima obra, cosa bien patente en novelas como It, por ejemplo.
Asimismo, disecciona hasta el más mínimo detalle varias novelas que considera emblemáticas del género, como El increíble hombre menguante de Richard Matheson, o La semilla del diablo de Ira Levin. Quizá la parte en la que King se detiene en examinar concienzudamente las novelas se hace algo más larga de leer, sobre todo si (como es mi caso) no se han leído muchas de las novelas que menciona. Obviamente, eso no es achacable a King, sino a mis propias carencias...
Llama la atención el entusiasmo que vuelca en la tarea, un reto que afronta con humildad y con gusto. Como él mismo dice, es uno de esos que no renunció nunca a la capacidad infantil de asombro, de sugestión, de suspensión de incredulidad, de dejarse llevar por la fantasía, incluso cuando ésta puede asustarnos. Tanto desde el papel de aficionado como desde el de creador, King se siente feliz de ser una de esas personas que, al menos en ese aspecto, nunca dejaron de ser niños. Resume el espíritu de su acercamiento el párrafo que dedica a lo que él denomina "mirada infantil" que encuentra en los ojos de muchos autores señeros del género del horror:
"(...) parte de ellos nunca ha terminado de realizar ese alejamiento de la imaginaciónq ue forma una parte muy importante del proceso de crecimiento, de adoptar esa visión de túnel tan necesaria para labrarse una carrera exitosa como adulto. Una de las paradojas de la fantasía y el horror es que el escritor especializado en el género es un poco como los cerditos perezosos que construyen sus casas de paja y ramas, pero en vez de aprender la lección y levantar razonablemente casas de ladrillo, como su hermano mayor (...), el escritor de fantasía y horror simplemente vuelve a levantarlas con palos y paja. Porque, en cierto modo insensato, le gusta que el lobo venga y la derrumbe soplando..."
También incide King en el aspecto "reaccionario" de la gran mayoría de la ficción de horror: su intención última, como la de los cuentos de hadas, es mantener el status quo mostrando los horrores que aguardan a quienes se alejan del mismo de cualquier manera. Pero lejos de denostarlo por ello, King defiende a ultranza el género como válvula de escape, como evasión; y cuanto más nos asuste una historia, cuanto más atraviese nuestras defensas "de adulto" y juegue con nuestras inseguridades, nuestros complejos, cuanto más consiga despertar al niño que se asombra por todo, mucho mejor, opina King.
2 comentarios:
Una reseña francamente maja, Mike. Sólo he leído un cuento de S.King... pero una vez vi un documental sobre él y me pareció muy muy interesante. Algunas de las películas basadas en su obra (novelas o relatos) también me parece que parten en ocasiones de ideas bastante originales. Un saludo.
Gracias por el comentario, David! Si algún día quieres leer algo del señor King, hazme caso: EL RESPLANDOR. Olvídate de la peli de Kubrick. No le hace justicia.
Publicar un comentario