"You're going to need a bigger boat."

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lunes, 12 de julio de 2010

PELÍCULAS RECIÉN VISTAS: THE CRAZIES (2010)


Breck Eisner hace una nueva versión del film homónimo de los años 70, dirigido por George A. Romero (quien produce este remake), y la verdad es que consigue con creces su objetivo: entretener.

En una pequeña localidad de Iowa está sucediendo algo muy extraño. algunos de sus ciudadanos se están volviendo locos, primero experimentando una especia de apatía, que de repente se transforma en furia asesina y destructora. Ante los incrédulos ojos del sheriff Dutton (Timothy Oliphant, Bullock en Deadwood) y de la doctora Judy Dutton (Radha Mitchell), su esposa, la vida que conocían se desmorona a velocidad mareante... Dutton y su ayudante, Russell (Sam Anderson) tratarán de averiguar el por qué de lo sucedido, mientras el peligro acecha en cada esquina.

Eisner consigue crear una sucesión de escenas con atmósfera inquietante, midiendo bien el ritmo de su película y sobre todo, manejando bien la forma de dar al espectador la información. Descubrimos las cosas al mismo ritmo que los personajes. Y eso es un verdadero acierto. Pese a que algunas escenas (por ejemplo, la que se desarrolla en el hospital de campaña, con Judy y su joven ayudante en peligro) son algo más previsibles, otras consiguen realmente su objetivo: la cosechadora en marcha dentro del granero, la escena de la granja en la que tratan de ocultarse Dutton, su esposa y su ayudante, o la del autolavado de coches, realmente estupenda en todos los sentidos.

El terror en lo cotidiano, muy en la onda de Stephen King, con algunas citas explícitas a Tiburón, el "miedo apocalíptico" tan común en las ficciones yanquis y la sensación de futilidad, de fuerzas mayores que pueden barrernos a su antojo (el gobierno y sus manejos) es lo que maneja Eisner en The Crazies. Y lo maneja bien, la verdad, con un guión bien construido, con los toques justos de emoción (por ejemplo, en la parte final del film, todo lo que rodea a Russell) y con detalles realmente logrados (esa manía de los "locos" de arrastrar cosas cortantes y punzantes por el suelo, por las paredes...). Añádase una ausencia de bobadas muy poco común en el cine de hoy en día (pese a algunos diálogos redundantes y lo absurdo de la enorme, gigantesca casa en la que viven los Dutton), un final bastante desesperanzador, y se puede decir que los 95 minutos que se invierten en ver The Crazies no son una pérdida de tiempo, sino todo lo contrario.

PS Y además resultó ser una estupenda alternativa a la final de la Copa Mundial de Balompié...

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