RODEADO DE CELULOIDE presenta… ALIEN3: CABEZAS RAPADAS

Ya en la década de los noventa, David Fincher, hoy encumbrado gracias al exitazo de Se7en y a la magnífica Zodiac, era aún un simple director de videoclips a quien se le encargó la tercera parte de las aventuras de Ripley. En este caso, la propia Sigourney Weaver ejerce tareas de productora, además de obviamente ser la protagonista, una vez más.

Tras ser expulsada de la Sulaco, en ruta hacia la Tierra, por causas desconocidas, la cápsula de salvamento donde descansan Ripley, Newt y los maltrechos Bishop y Hicks aterriza violentamente en Fiorina 161, un desolado planeta-prisión. Los peligrosos reclusos, todos hombres, han abrazado una religión apocalíptica como parte de su penitencia por sus terribles crímenes. Solamente Ripley sobrevive al aterrizaje… y pronto empieza a haber evidencias más que palpables de que en la cápsula de salvamento había algún que otro pasajero más…

Ripley pasa un momento de angustia.

Alien3 siguió un azaroso proceso de producción. Muchos guionistas, varios directores, rodaje lento y problemático… Eso se nota en el resultado final, incluso en la mejorada versión coleccionista que se incluye en la Quadralogy, que incluye un nuevo método para que el alíen se infiltre en la prisión y unas cuantas escenas que reducen la notable confusión que producía las segunda parte de la película en su versión original. Curiosamente, en los extras de Aliens, se recuerdan también jugosas anécdotas de las broncas descomunales del maniático yanqui James Cameron con el equipo de producción, mayoritariamente británico… que sin embargo no se dejan ver en el resultado final del film.

Alien3 no arranca mal. Plantea su ambiente, introduce a Ripley, establece su relación con los peligrosos reclusos y con el elegante médico Clemens (interpretado con aplomo por Charles Dance), pero precisamente desde la muerte de éste, la película comienza a dar bandazos. Unos efectos especiales escasamente convincentes se suman a una historia titubeante, que no pasa de ser entretenidilla, sin más. Pese a que Fincher consigue unas cuantas buenas escenas (la autopsia de Newt, por ejemplo), en general el film es soso, deslavazado, sin la personalidad estética de la primera parte ni la seca contundencia visual de la segunda, y se revela como el trabajo de un director primerizo, que apunta maneras, pero nada más.

Ripley se sacrifica para que la compañía no pueda hacerse con el alien.

Sobre todo en su parte final, la película trata desesperadamente de aparentar importancia y solemnidad, pero hay un buen puñado de escenas supuestamente importantes que son sosas de narices: como dice Ripley en el propio film, ¿a quién le importan una panda de desgraciados que han descubierto la religión en el culo del mundo? A nadie, porque no existen, no son personas, sólo son carne de cañón para el alien.

La presencia del alien "rapidillo" (corre por los pasillos que se las pela, el tío) es escasamente aprovechada, a excepción del plano del monstruo siseando a escasos centímetros de la cara de Ripley. (Por cierto, si naciendo de un perro, tenemos un alien cuadrúpedo y "correpasillos", ¿qué tenemos si el alien nace de un buey, como sucede en la versión coleccionista?). Algunos planos del monstruo son manifiestamente patéticos, lo cual no tiene ninguna lógica, considerando que de año en año el mundo de los efectos especiales no hace sino evolucionar. y además, otra cosa que juega en contra de Alien3 es que, como muchas otras películas, va de más a menos, y eso siempre es un problema.

En cuanto a Ripley, su evolución es lo único pasable del film, gracias a la personalidad y la energía de Sigourney Weaver, con un look "cabeza rapada" que le sienta muy bien. El dramático suicidio final de Ripley para exterminar a la reina alien que lleva dentro certificaba, en teoría, el final de la raza alienígena y también el de una exitosa saga… como veremos, ninguna de ambas cosas resultó ser cierta.