Básicamente, la función de la serie es actualizar un poco el origen de Thor. Sin aportar demasiadas novedades (la única, darle un poquito más de "vida anterior a Thor" a Don Blake, inventando un conflicto con su padre que emula el de Thor con Odín… y tampoco se explora demasiado esa idea), Glass se limita a reproducir el origen que ya conocemos, con simples pinceladas de modernidad, y después adopta algunos argumentos de la etapa más antigua de Journey into Mystery: la huida de Loki, Sandu el místico, el Hombre Radiactivo… Poco de nuevo aporta la serie, por tanto, aparte de hacer que Thor y Blake "dialoguen" como sucede en la etapa de J.M. Straczynski, cosa que no ocurría en los episodios clásicos, donde precisamente la "convivencia" entre Thor y Blake era un tema muy poco explotado, más allá de los habituales equívocos que provoca la identidad secreta.
Tan Eng Huat, por su parte, se muestra muy irregular, y su abigarrado arte, en la onda del aire caricaturesco de un Kevin O'Neill, por ejemplo, hace que las páginas resulten en muchos casos innecesariamente confusas y recargadas. Quizá si la historia se hubiese desarrollado en Asgard en su totalidad, el estilo del artista hubiera encontrado mejor acomodo entre trolls, monstruos y gigantes.
Capítulo aparte merecen las espantosas portadas de Jay Anacleto, que recuerdan la peor época de los 90, con aquella eclosión de "pintores" en la Marvel de la época. Véase la que ilustra este post.
En resumen: muy poca cosa.
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