"You're going to need a bigger boat."

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sábado, 17 de septiembre de 2011

Mis películas favoritas: TIGRE Y DRAGÓN

 
China, hace muchos, muchos años. El guerrero Li Mu Bai (un solemne Chow Yun-Fat) quiere abandonar la vida vagabunda de paladín, y por ello decide entregar su arma cuasimágica, la Espada Celestial, a la custodia del duque Tien (el impagable Lung Sihung, el inolvidable padre que sí hablaba inglés de El Banquete de Bodas). Y en ese momento, Yu Shu Lien (Michelle Yeoh, maravillosa), dueña de una agencia de escoltas y guerrera sin par ella también, ve la oportunidad de que por fin el amor que ambos sienten por el otro por fin se consume. Pero no es fácil dejar atrás la vida del guerrero…

En su carrera, Ang Lee ha creado un buen puñado de obras de lo más dispar, en algunos casos un tanto imperfectas o simplemente fallidas (como su versión de Hulk, o la plomiza Cabalga con el Diablo), buenas películas (como Comer, Beber, Amar o Deseo/Peligro) y también auténticas maravillas (como El Banquete de Bodas, La Tormenta de Hielo, Sentido y Sensibilidad o Brokeback Mountain, por ejemplo). Desde luego, Tigre y Dragón se encuadra en la segunda categoría. Ahora prepara Vida de Pi, basada en la curiosa novela homónima de Yann Martel... habrá que verla.

Pero centrémonos en lo que nos ocupa. Además de la espectacularidad de las escenas de acción, verdaderas filigranas de efectos visuales y coreografía, con esos alucinantes paseos por el aire, el film se sustenta en la historia de amor de Shu Lien y Mu Bai, que se entrecruza con la de Yu Jiao Long (Zhang Ziyi, impresionante en todos los sentidos ), una joven de la nobleza que rechaza la idea de su matrimonio concertado y desea vivir una vida de aventuras sin compromisos… y además se enamora, por azares del destino (contados en un osado y largo flashback a mitad de metraje), del bandido de las estepas apodado Nube Inmensa (el simpático Chang Chen)…
Tigre y Dragón lo tiene todo. Aventuras desatadas. Escenas de acción estupendas. Tratamiento visual soberbio, como es habitual en los filmes orientales. Música de Tan Dun, con el violonchello como principal protagonista (el de Yo-Yo Ma, ni más ni menos) completamente subyugante. Unas gotitas de sabiduría oriental de toda la vida ("el que se aferra, nunca conserva" y demás). Paisajes de belleza sobrecogedora. Actuaciones sobresalientes, sobre todo la de Michelle Yeoh, pura emoción contenida. Suya es la mejor frase de todo el film, cuando se encara con Jiao Long, le espeta un "se acabó la amistad"... y desenfunda su doble sable.
Hay muchos momentos inolvidables, tanto en lo argumental como en lo visual: el instante en que Mu Bai y Shu lien comparten un té en un alto del camino; la pelea en la posada donde "Dragón" limpia el suelo del lugar con dos docenas de incautos guerreros; el accidentado romance de Jiao Long y Nube Inmensa; el tintineo de la hoja de la espada en manos de Mu Bai ("tuve que perderla para saber cuánto la apreciaba"); la visión del Pekín imperial en su esplendor… y así, todo el rato.

En resumen: entonces, hoy y siempre, peliculón inapelable en todos los sentidos.

PS: Recuerdo que en los momentos del éxito y las nominaciones a los Oscar, Jackie Chan declaraba que Ang Lee tampoco había inventado nada, que películas como esta se habían hecho toda la vida en Hong Kong, y que simplemente esta había tenido el suficiente éxito para sobresalir entre las demás y descubrir a los occidentales el wuxia, es decir, el género de héroes voladores tan popular en el cine del que Chan es estrella absoluta. Vale, lo que tu digas, Jackie. Hala, hala, ya está, ya puedes ir a salvar a algún niño en apuros o algo...

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