Películas recién vistas: PRINCIPIANTES

¿Se puede ser principiante en algo a los 38 años? Más aún, ¿se puede ser principiante a los 75 años? Resulta que sí, como demuestra Principiantes, el film dirigido por Mike Mills (Thumbsucker), una de esas películas que llegan a nuestros cines sin hacer demasiado ruido, que desaparecen rápido y sin dejar demasiada huella, y que sin embargo son pequeños tesoros a descubrir.

Oliver (Ewan McGregor, siempre bienvenido) es un tipo un poco raro. Introvertido, solitario, producto de un matrimonio de lo más peculiar, el formado por Hal (Christopher Plummer) y Georgia (Mary Page Keller), que a los 38 años, se encuentra con dos sorpresas en su vida. Al morir su madre, su padre le confiesa que es gay, y que a partir de ahora quiere hace "vida de gay" y ser consecuente consigo mismo… y poco después, le es diagnosticado un cáncer terminal. Además, Oliver conoce a una chica francesa, Ana (Melanie Laurent)... y como es natural en estos casos, cae perdidamente enamorado.

La manera en que Oliver lidia con la situación que se le presenta es narrada por Mills de manera trabajada y original, a base de un curioso montaje que salta atrás y adelante en la historia sin que en ningún momento perdamos el rastro de en qué momento nos hallamos, y sin que el film resulte cargante ni relamido. El recurso a fotografías de época, el divertido retrato de la vida gay de Hal y su relación con su nuevo novio,  la mezcla atinada de comedia y drama y el fino humor que se gasta Mills, cuyo film se basa en elementos autobiográficos (al parecer, tuvo una experiencia parecida a la de Oliver en el film) mantiene el interés sin caer en lo tópico o chabacano, pese a jugar con ideas un poco al límite (como los subtítulos de Arthur, el simpático Jack Russell de Hal).

La melancolía de Oliver no es un lloriqueo, por suerte, y el final del film no cae en el tópico happy ending y, sin embargo, deja una sensación agradable y encaja con el resto del film. Cuando Oliver descubre el amor, no es precisamente la solución a sus demás problemas... y sin embargo, al igual que Ana, se da cuenta de que ese es un problema que sí quiere tener. La película atrae al espectador a su terreno sin caer en lo manipulador, y con su irresistible encanto le gana para su causa: la de abandonarse a vivir, olvidando el miedo, algo que encarna perfectamente la peripecia de Hal.

Todos los actores están excelentes. Ewan McGregor demuestra una vez más su carisma y su capacidad para adaptarse a comedia y drama por igual, la guapísima francesa Melanie Laurent es la perfecta elección para la triste y solitaria Ana, y el veterano Christopher Plummer alterna entre lo solemne y lo divertido en su papel de gay de la tercera edad.

Lo dicho: una sorpresa de lo más agradable.