"You're going to need a bigger boat."

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martes, 28 de febrero de 2012

Películas recién vistas: THE ARTIST


Al final, me ha podido la curiosidad y he visto The Artist, la película de la que todo el mundo hablaba antes de los Oscars y de la cual ahora todo el mundo sigue hablando. Y he de decir, sinceramente, que no me ha parecido para tanto.

La virguería técnica y el atrevimiento de filmar una cinta muda en pleno siglo XXI es de subrayar, desde luego. Estéticamente, The Artist es un verdadero viaje al pasado, con unos protagonistas (Jean Dujardin y Berenice Bejo) que actuan a la manera de los grandes ídolos de antes del sonoro en una película que trata de recuperar la esencia de las viejas cintas mudas de Hollywood (y sólo de Hollywood, com si en otras naciones no se filmasen películas en esa época…).

Y es un ejercicio interesante pensar qué sucedería si este film procediese de Estados Unidos en vez de la vecina Francia. ¿Quizá sería más sencillo entonces acusar a The Artist de ombliguismo y complacencia, de no aportar nada nuevo, y de mirar sólo al pasado y no al futuro?

Desde luego, The Artist confirma un hecho: que a muchas películas modernas les sobran diálogos y les falta imaginación. Narrativamente, la película es fluida y se comprende a la perfección, y si en algunos casos la música fuese un poco menos atorrante, creo que funcionaría incluso mejor.

Dicho lo cual, pasamos a la historia que nos cuenta, y encontramos una ausencia total de novedad. Imagino que Michael Hazanavizius ha visto, como tantas otras personas, Cantando bajo la lluvia, que cuenta exactamente lo mismo (y mejor, y curiosamente, aportando detalles de modernidad para su época, cosa que no sucede con The Artist), pero desde luego el meollo de la historia es básicamente el mismo que el del clásico inmortal de Donen y Kelly: el paso del cine mudo al sonoro, y cómo algunas estrellas quedan atrás, y otras consiguen recuperarse.

Y es ahí donde The Artist, pese a algunos aciertos (como la manera en la que el propio George Valentin reconoce su ocaso en el final de su película), con su desarrollo previsible y su final feliz, pierde la oportunidad de contar el descenso al infierno que pudo suponer para muchas estrellas de aquellos años pasar de ser "divinos" un día a ser despojos al siguiente. Figuras que fueron grandes astros de la pantalla y que hoy solamente recuerdan los muy aficionados al cine.

En suma: mucho ruido y pocas nueces, me temo.

Ah, y el perro es tan simpático que resulta insoportable.

2 comentarios:

Chugdush dijo...

Comic Book Men sería lo contrario: la serie de la que nadie habla. ¿La has visto ya?

David

Mikel dijo...

Pues aún no, David! Demasiadas series y películas atrasadas, me temo... pero no tiene mala pinta, no!