Lecturas recientes

Mi mamá..., de Bravo y Regnaud
Descubrí a Émile Bravo gracias a una historia de ocho páginas suya que apareció en el primer número de El Manglar, que me dejó completamente asombrado por la capacidad narrativa de su autor, contando una historia sin palabras, ¡incluso reproduciendo diálogos sin palabras! En Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill, se une con el guionista Jean Regnaud para contarnos la historia de Jean, un niño de cinco años que echa de menos a su mamá, a quien hace mucho tiempo que no ve... y pronto descubrimos que nunca va a volver a verla. El álbum nos relata la relación de Jean con el resto de su familia (su padre, su hermano, su niñera...) y con el resto del mundo, en especial con una niña del vecindario. La historia es a ratos triste, a ratos divertida, pero llena de matices y conmovedora, y las peripecias y reflexiones solitarias del pequeño Jean enganchan desde el principio. Además, Bravo despliega lo mejor de su talento narrativo para añadir mil matices y detalles a los textos de Regnaud, usando una estructura de página muy libre que resulta muy efectiva. Recién premiado en el Salón de Angoulême. Una lectura recomendable al cien por cien.

Buda, de Osamu Tezuka
En fin, a estas alturas, no creo tener que presentarle a nadia al gran Osamu Tezuka, auténtico padre del manga y maestro de maestros. Buda es una larga, densa y entretenidísima historia en la que el genio solamente utiliza la vida de Siddartha como punto de partida para dar rienda suelta a su creatividad desbordante. 10 tomos con una media de más de 250 páginas cada uno, una nutrido elenco de personajes reales y ficticios, amor, traiciones, viajes, vidas, muertes, amores, odios, místicos, divertidos anacronismos, ascetas e iluminaciones bajo árboles sagrados, todo ello servido con el habitual estilo de narración gráfica de Tezuka, que combina un amplísimo catálogo de recursos gráficos con su "personalísimo", dirían algunos, "limitado" dirían otros, dibujo. Muy recomendable, como casi cualquier obra suya.

Thunderbolts, de Ellis y Deodato.
Qué decepción. Mi admirado Warren Ellis se quita de encima el trabajo sin aportar nada interesante, sin brillantez, y desperdicia la oportundidad de sacarle jugo a una de las grandes ideas nacidas de la Guerra Civil, a saber, estos nuevos Thunderbolts cuyos integrantes son de lo peor del Universo Marvel: Venom, Bullseye, Piedra Lunar, entre otros... a las órdenes de Norman Osborn. Quizá limitado por restricciones editoriales de no poder "darles mucha caña" a los personajes (lo cual tampoco es excusa), éste no es el Ellis que deleita en otras obras suyas. Por su parte, Mike Deodato también decepciona, olvidando su meritorio cambio de estilo en Incredible Hulk y "volviendo al pasado" de figuras hipertrofiadas, gestos de furia, dientes apretados y poco más. Lo dicho: muy poca cosa.

Seton 3, de Taniguchi e Imaizumi
El manga que nos cuenta episodios de la vida del naturalista Ernest Thomspon Seton nos presenta en esta ocasión la historia del encuentro de su verdadera vocación. Imaizumi y Taniguchi nos llevan de Londres a Canadá, siguiendo al joven Seton mientras éste sigue a su vez el rastro del legendario ciervo macho Sandhill Stag. Este tercer volumen está a la altura del primero, de nuevo mostrando el hechizo de la naturaleza y sus maravillas, y es muy superior al segundo episodio, en el que quizá la historia se alargaba demasiadas páginas para lo que contaba realmente. De nuevo, como no podría ser menos, destaca la labor gráfica de Taniguchi, excelente en lo narrativo, exquisito en lo artístico. Muy bueno.

X-Men: the Extremists, de Brubaker y Larroca
Seamos sinceros: ¿alguien entiende lo que pasa en las "colecciones X", a estas alturas? No hay manera de saber quién es quién, dónde anda cada uno... y siempre están en medio de una macrosaga, o recién salidos de una, o a punto de entrar en otra... en fin, que este tomo me lo compré no por el guión (aunque Brubaker es una apuesta segura, Daredevil y Capitán América son lecturas obligatorias desde que los escribe él) sino por el dibujo. Una vez más, Salvador Larroca triunfa, creando página tras página de singular belleza y narrativa fluida y efectiva, con un estilo gráfico (en el color también) que recuerda a su excelente trabajo en newuniversal. Su versión gráfica de Tormenta "a la Naomi Campbell" quita el hipo. Excelente dibujo. La historia, pues lo dicho... ¿alguien entiende algo?