Películas recién vistas: LOS FALSIFICADORES

Dirigida por Stefan Ruzowitzky, y ganadora (entre otros premios) del Oscar de este año a la mejor película de habla no inglesa, Los Falsificadores es una película más que recomendable. Que nadie se deje engañar pensando que es "otra" película de nazis, judíos y campos de concentración. Es mucho más que eso, por fortuna.
El enigmático Salomon Sorowitsch (encarnado soberbiamente por Karl Markovics, que parece recién salido de un dibujo de Carlos Ezquerra; si hacen algún día la película de Just a Pilgrim, ya tenemos al protagonista perfecto) es un falsificador judío que hace sus negocios en el Berlín de la hegemonía nazi. Detenido por la policía e internado en un campo de concentración, su talento le convierte en pieza clave del plan de los nazis de inundar las economías de sus enemigos con moneda falsa, primero libras esterlinas, después dólares. Sorowitsch, superviviente nato, se enfrentará al dilema de elegir entre salvar el pellejo, ayudando al régimen nazi, ya en declive, a prolongar su guerra, o anteponer el bien de los demás al suyo propio... cosa que no está acostumbrado a hacer.
Realizada con brío y gran cuidado visual, excelente montaje y acertadísimo uso de la música (tangos, principalmente, las piezas favoritas de Sorowitsch) Los Falsificadores se arriesga a presentar a un protagonista difícil: parco en palabras, egoísta, hierático y pragmático, un superviviente nato, que choca enseguida con otros "compañeros" de tarea falsificadora. Un antiguo banquero le desprecia por ser un delincuente; otro interno, Berger, comunista confeso, contrapone su idealismo al sentido práctico de Sorowitsch y le hace afrontar el mencionado dilema. Eso, sin olvidar la constante amenaza de muerte a manos de sus carceleros, impacientes por disponer de su moneda falsa...
Como ya he dicho, sin dejar a mostrar sin tapujos la extrema brutalidad de la vida que llevan los judíos en el campo de concentración (pese a que Sorowitsch y los suyos son auténticos privilegiados, bien alimentados y con privilegios como... una ducha semanal), el film no cae en los tópicos y hace interesantes retratos de personajes, como Kolya, el joven soldado ruso enfermo de tuberculosis, o el comandante del campo, responsable de la operación, pragmático como el falsificador, y sus comentarios despectivos cuando Sorowitsch "mercadea" con él a cambio de mercancías para el joven Kolya...
En suma, una película de lo más recomendable.