"You're going to need a bigger boat."
domingo, 27 de abril de 2008
Películas recién vistas: ELEGIA
He visto varias películas dirigidas por Isabel Coixet (A los que aman, La vida secreta de las palabras...) y he de reconocer que no me han terminado de enganchar del todo. Elegía, su adaptación de El animal moribundo de Philip Roth (ese tipo que siempre te alegra el día con sus historias...) me ha producido la misma impresión. Simplemente, no engancha, y en una historia de esta naturaleza, triste, crepuscular, que reflexiona (o lo pretende) sobre temas como el amor a largo plazo, la diferencia de edad, la belleza física y la belleza interior, es especialmente necesario que la película te enganche, o te dejará completamente indiferente.
David Kepesh (Ben Kingsley), profesor de literatura, nunca se ha comprometido en una relación estable. Abandonó su matrimonio de juventud, y ahora, cuando se acerca la vejez, se siente vacío. Mantiene una relación de "solo sexo esporádico" con Carolyn (interpretada por la espléndida Patricia Clarkson) y se vez en cuando se "enrolla" con alguna estudiante suya. En una de esas ocasiones, se enamora desesperadamente (aunque no es capaz de reconcerlo) de una joven cubana que responde al curioso nombre de Consuela (Penélope Cruz), con quien inicia algo que se parece demasiado a una relación estable, para sus estándares habituales... cosa que un poeta gran amigo suyo (Dennis Hopper) le hace notar continuamente...
El problema con la película en conjunto es que vacila entre una estética de anuncio (momentos románticos en la playa, por ejemplo) y otra menos clara y más original (los intensos momentos de miradas y silencios que comparten Consuela y David), y no se decide por ninguna. La banda sonora resulta un pelín cargante, con bastante abuso de Bach y demás música clásica "seria" y melancólica, sin demasiada originalidad y sin conseguir el efecto solemne que, imagino, busca.. Coixet repite con el mismo guionista que adaptó la sublime La Mancha Humana al medio fílmico, Nicholas Meyer, que en este caso, en mi opinión, no está tan afortunado. Las apariciones del personaje de Dennis Hopper resultan demasiado reiterativas. La irrupción en la historia del hijo de David tampoco aporta nada especial, excepto interrumpir la trama.
Por otra parte, mientras la cada vez más guapa Penélope Cruz (eh, es una debilidad personal) da vida a Consuela con gran acierto y admirable contención (véase la escena en la que David la decepciona de manera definitiva), y Patricia Clarkson hace lo propio con su personaje, Ben Kingsley alterna momentos magistrales (de nuevo, la mayor parte de las escenas con Pé) con otros en los que se le va un poco la mano en el gesto y la mueca (las charlas con su hijo, por ejemplo).
En resumen: ni fú ni fá. Poca cosa. Seguramente la novela será mucho mejor.
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