"You're going to need a bigger boat."

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domingo, 18 de mayo de 2008

Mis películas favoritas: PODER ABSOLUTO


No estoy descubriendo América al decir que Clint Eastwood es uno de los pocos valores "fijos" del panorama del cine norteamericano actual. Películas como Sin Perdón, Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal, Mystic River o Million Dollar Baby han cimentado el prestigio del creador de la productora Malpaso como el último "clásico", dueño de una capacidad de narrativa cinematográfica inigualable, honesta, sobria y perfeccionista. Poder Absoluto, de 1985, es un ejemplo más de ello, y es una de mis películas favoritas, y no sólo porque sea obra de Eastwood, sino por muchas razones.
Luther Whitney (Eastwood) es un veterano delincuente profesional, que en la noche del golpe de su vida es testigo de un asesinato... la identidad del asesino convierte a Luther en mucho más que un simple ladrón. De pronto, se encuentra tras su pista (y la de su hija Katie, interpretada por Laura Linney) a un experimentado detective de Homicidios de Washington, Seth Frank (el inconmensurable Ed Harris) y a dos implacables agentes del Servicio Secreto (Scott Glenn y Dennis Haysbert)... ¿quién es el asesino a quien Luther podría identificar? Ni más ni menos que el Presidente de los Estados Unidos (Gene Hackman).
Basada en el best-seller homónimo de David Baldacci, adaptado atinadamente por William Goldman, Poder Absoluto es un thriller vibrante, lleno de momentos en los que Eastwood demuestra su maestría narrativa sin par. Destaca la detalladisima escena inicial, como media hora de la película, con escasísimos diálogos, en la casa del millonario donde Luther entra a robar, que es un prodigio de montaje y tensión, de representación del tiempo en cine. Otro momento brillante: la secuencia en la que Luther es blanco de dos francotiradores al mismo tiempo, plena de dramatismo, con un montaje realmente soberbio.
El encuentro de Seth y Luther en el Museo es una imagen que vale más que mil diálogos. Seth entra en el Museo. Desde el piso superior, Luther le contempla. Todo ello resuelto en un solo plano, elegante y sobrio, en el que el punto de vista escogido por el realizador demuestra claramente quién tiene el control de la situación... y así, podría seguir y seguir. El trabajo de Eastwood en la dirección es impecable, sin un solo altibajo, apoyado en un guión sólido. Asimismo, los diálogos son estupendos a lo largo de todo el film, típicos de thriller de los buenos, de los que se recuerdan.
En Poder Absoluto, además, tenemos la suerte de encontrar reunido un reparto de auténtico lujo, y no estoy exagerando en absoluto. Gene Hackman borda su papel de Presidente muy consciente de su poder; la sin par Judy Davis se luce como Gloria, su jefa de gabinete; Glenn y Haysbert dan cuerpo a dos estupendos agentes del Servicio secreto (ver la cara de Haysbert cuando el presidente Richmond les dice "demostrad cuánto amáis a vuesto país"). Por su parte, Ed Harris, uno de mis actores favoritos de todos los tiempos, no puede estar más atinado como Seth Frank. La escena en la que Seth Frank se "enfrenta" a Luther en el museo es colosal. Los mismos elogios se merecen el propio Eastwood y Laura Linney, en sus respectivos papeles de padre e hija.
Lo dicho, un pedazo de obra maestra, y una de mis películas favoritas. ¿Se me nota mucho?

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