"You're going to need a bigger boat."
domingo, 18 de mayo de 2008
Películas recién vistas: ONCE
Un chico (Glen Hansard) y una chica (Markéta Irglová) se conocen en las calles de Dublín. Él trabaja en el taller de reparación de aspiradoras de su padre (que ha enviudado recientemente), y el resto del tiempo empuña la guitarra y toca sus canciones a voz en grito por las calles para sacarse unas perrillas y para sacárselas de dentro. Ella, inmigrante procedente de la República Checa, con su madre y su hija a su cargo, trabaja, como tanta gente de su condición, en lo que puede, y toca el piano un rato todos los días en una tienda de instrumentos musicales, porque el dueño es amable y se lo permite. De su encuentro casual nace una relación con la música como centro y modo de comunicación, que poco a poco va haciéndose más profunda...
Esta es la historia que narra Once, dirigida por John Carney. Una película de una sencillez desarmante, con una historia de desarrollo pausado, muy original, que arrastra al espectador con el lenguaje universal de la música (los músicos tienen la suerte de compartir un idioma común, por encima de cualquier otro tipo de formas de comunicación) y que termina de una manera conmovedora, realista e inesperadamente reconfortante. El director cuenta con dos actores desconocidos, al menos para mí, Glen Hansard y Markéta Irglová, que bordan sus papeles, además de ser compositores e intérpretes de las canciones que interpretan, presentes prácticamente a lo largo de todo el metraje de la película.
Interesante, sencilla y directa, agradable de ver, sin ser tampoco una obra maestra, Once es muy, muy recomendable. Sin palabrerías innecesarias, sin tonterías de película americana, Once es sobre todo un verdadero homenaje a la música: hermana, reúne, quita las penas, permite comunicarse y compartir sentimientos, alegrías y tristezas con los demás. No puedo estar más de acuerdo.
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