"You're going to need a bigger boat."

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martes, 13 de mayo de 2008

Mis películas favoritas: SENTIDO Y SENSIBILIDAD


Soy un gran admirador del cine del siempre sonriente director taiwanés Ang Lee. Prácticamente todas sus películas son estupendas, e incluso las dos que no me parecen tan buenas como el resto atesoran más aciertos que errores. Su carrera se caracteriza por lo diverso de sus films, que alternan temas, épocas e historias completamente diferentes. De las comedias dramáticas ambientadas en Taiwan de sus comienzos (Pushing Hands, Eat Drink Man Woman, y la excelente El banquete de bodas), al drama de época (la que nos ocupa), del retrato generacional de los EEUU de los 70 (La tormenta de hielo) a la primera versión fílmica de Hulk; del western ambientado en la Guerra Civil americana (Cabalga con el Diablo) a la leyenda y la aventura estilo Hong Kong más tradicional (Tigre y Dragón)... por no hablar de la enorme Brokeback Mountain. Para mí, Ang Lee siempre tiene un pase.
Sentido y Sensibilidad, adaptación de la más famosa de las novelas de Jane Austen, cuenta la historia de Elinor y Marianne Dawshwood (Emma Thompson y Kate Winslet, respectivamente), dos hermanas, mayor y menor, que resultan desfavorecidas en el reparto de la herencia de su padre, y deben hacer frente a una vida de estrecheces. Unos parientes lejanos les ofrecen una pequeña casita en el campo, a la que se trasladan junto a su madre y su hermana pequeña. Ambas son tan diferentes como la noche y el día; y cuando el amor llega a sus vidas, sus reacciones son muy diferentes... Ello desencadena toda una serie de enredos, intrigas, alegrías y tristezas para ellas y quienes les rodean, que finalmente se resolverán de modo gozoso tras toda una serie de avatares.
Con una ambientación modélica, y con una excelente versión de la novela a cargo de la propia Emma Thompson, Sentido y Sensibilidad es una película maravillosa, sin altibajos, brillante, visualmente arrebatadora, emocionante, divertida, redonda; cuenta además con una excelente banda sonora de Patrick Doyle, que se "disfraza de Mozart" para la ocasión, dejando a un lado otras sonoridades que cultiva en los filmes de Kenneth Branagh, por ejemplo. Capítulo aparte merece el reparto, papel por papel: una lista de lo mejorcito de los intérpretes británicos da vida a los diferentes personajes. Hugh Grant, el insuperable Alan Rickman, Imelda Staunton, el hoy conocidísimo Hugh Laurie... y muchos más, menos populares pero no menos competentes, que bordan sus personajes escena por escena.
La película, como la novela, cuenta su historia y denuncia a la vez muchas de las restricciones y trabas a las que se enfrentaban las mujeres de la época, siempre por detrás de sus hermanos y demás familiares masculinos en todo lo referente a decidir o heredar.
Es una de esas películas que se ven mil veces, y aún aportan cosas nuevas. Una verdadera gozada. Irrepetible, inimitable aunque se intente. La reciente Orgullo y Prejuicio, sin ser una mala película (que no lo es), no le llega ni a la suela de los zapatos...

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