"You're going to need a bigger boat."

"You're going to need a bigger boat."

martes, 13 de mayo de 2008

El túnel del tiempo: LAS AVENTURAS DE MERCY O'ROURKE

PRÓLOGO: MUCHOS AÑOS DESPUÉS
Despierto en medio de la noche y pienso que todo fue un sueño.
A oscuras, a ciegas, esta vieja ruina en la que me han convertido los años y algunos excesos mira a su alrededor y se siente perdida, confundida, sola.
Dudo de mis recuerdos, por primera vez en mi vida.
Ha llegado el momento. Acaricio las llaves doradas que llevo colgadas al cuello desde hace casi quince años.
Pasito a pasito, una anciana de casi setenta y cinco años (y años de trece meses, además) baja las escaleras y se dirige, caminando muy despacio, a la puerta que cerró hace mucho tiempo. Oigo roncar a Stevenson cuando paso al lado de su cuarto. No necesito despertarle. Este secreto es sólo para mí.
La primera llavecita, la más grande, encaja en la cerradura. Sólo la he usado dos veces. Una, hace años, para cerrar esta puerta. La otra, esta noche. El pestillo gira con un chasquido. Sujeto el pomo en forma de cabeza de león y lo hago girar.
Abro la puerta... a mi pasado. A mi verdadera vida. Y sonrío al ver que nada ha cambiado.
El gran salón, a la luz de la luna, tiene una aspecto algo fantasmagórico. Pero todo sigue aquí. Mis ojos de vieja reconocen las formas en la penumbra, mis dedos arrugados palpan texturas, me llegan olores, tan familiares y penetrantes como hace años. Las formas, los aromas de los mil y un objetos que me traje conmigo, en mi bandolera de cuero, desde tantos y tantos lugares remotos y fascinantes.
Y el baúl, donde guardé mis cuadernos de viaje. Abro la cerradura con la segunda llavecita, la más pequeña, y el olor del papel y el cuero de las cubiertas me inunda y me hace llorar de emoción.
Todo es cierto. Todo ocurrió.
Cuántos cuadernos, en ordenados montones atados con cuerdas de cáñamo rojo.
Cuántos viajes...

LA ISLA ROJA: PRIMERA PARTE. UNIDOS POR UNA QUIMERA

DÍA I. A BORDO DEL ‘HELENA’
Como cada vez que emprendo un viaje, abro un cuaderno, escribo las familiares palabras “Diario de Viaje”, paso la página y doy comienzo a la narración, aunque no creo que nadie más que yo vaya a leer esto nunca. Pero escribo estas líneas para mí y para nadie más, y escribo porque quiero, razón por la cual he hecho casi todo lo que he hecho en mi vida desde que tengo uso de razón.
Creo que conocerse una misma es el primer requisito para poder conocer a los demás, y por lo tanto demostraré que hago honor a mis convicciones diciendo que me llamo Mercedes Eliza O’Rourke, que nací hace casi treinta años en Barnaby Road, en los alrededores de Olentown, la primera ciudad de las Colonias del Oeste (o eso me gusta decirme a mí misma y a los demás, porque sé que la verdad es muy diferente), que tengo casi treinta años y que mi pasión es viajar y descubrir cosas nuevas...


De esta manera comenzaba LAS AVENTURAS DE MERCY O'ROURKE: LA ISLA ROJA. Fue una idea que me mantvo ocupado durante unos meses, a las alturas de 2002 o así, diría yo. Escribí unos diez o doce capítulos (lo que habría sido la primera parte de una historia en tres), sin un plan concreto, segun iba saliendo, lo escribía. Los avatares de una anacrónica (por decir poco) mujer aventurera-exploradora británica, altiva, soberbia y arrojada, en forma de diario, en un siglo XVII (o similar) en el que nunca se produjo la Revolución americana, y España e Inglaterra batallan sin fin por la posesión de imperios mucho mayores de lo que en realidad llegaron a ser... Improvisando, así me salió... pero me divertí cantidad (también me di cuenta de que escribir exige mucho, mucho tiempo y esfuerzo... y talento, claro).
También me ocupé de pensar en una apariencia física para mi heroína*... aquí está Mercedes Eliza O'Rourke, en blanco y negro y en color (cortesía de Photoshop).



Quizá me anime y vaya publicando aquí los capítulos que escribí... ya veremos.

*El aspecto físico general de Mercy no es digamos excesivamente original... a las pruebas me remito. ¿Me traicionó el subconsciente? Hace poco me hice con los VALKYRIA dibujados por mi admirado Paul Gulacy, y...ya ves.

1 comentario:

Sergio dijo...

Qué bonito tío... me encanta el color... perfectos.