"You're going to need a bigger boat."
miércoles, 28 de mayo de 2008
Mis películas favoritas: SOLARIS
No soy un gran fan de la ciencia-fición, en realidad. Películas como Blade Runner y Alien, que se cuentan entre mis favoritas, me parecen menos ciencia-ficción que otras cosas. Tampoco he leído demasiadas novelas del género, a excepción de algunas (excelentes) de J.G. Ballard (El mundo sumergido, por ejemplo). Pero hay una historia que, tanto en novela como en película, me parece fascinante, y genuinamente "de ciencia-ficción": Solaris.
No he tenido oportunidad (ni ganas) de ver la versión fílmica que realizó Andrei Tarkovski de la gran novela de Stanislaw Lem, pero sé que tiene buena fama. Sí que he visto, y varias veces, la más reciente, protagonizada por George Clooney y Natasha McElhone, y dirigida por el casi siempre interesante Steven Soderbergh.
La historia es bien conocida. Solaris es un nuevo planeta, descubierto por la raza humana en el futuro. Perdido el contacto con la estación especial que investiga sus características, Kelvin (Clooney), un científico, es enviado a averiguar qué sucede... y la respuesta del enigma desafía todo lo que la humanidad ha conocido hasta entonces. No la revelaré para no estropear la sorpresa a quien no conozca la historia...
La película narra, en sucesivos flashbacks, paralelamente a las peripecias de Kelvin en la estación -y su encuentro con los miembros supervivientes de la expedición, Snow (Jeremy Davies) y Gordon (Viola Davis)-, la relación del científico con Rheya (Natasha McElhone), el amor de su vida. El amor terminó con la muerte de ella... ¿o no?
Soderbergh realiza una película muy suya, narrativamente hablando, con un estilo muy fácil de identificar en otras obras suyas, como Traffic, Erin Brockovich u Ocean's Eleven, caracterizado por una gran brillantez visual y un perfecto dominio de la narración cinematográfica. En su Solaris abundan los silencios, largas secuencias sin diálogos, todo ello en una película que se podría calificar de espectacularmente minimalista: cinco personajes, escasez de diálogos, música electrónica sorprendentemente original y efectiva, vocación de realismo en la ambientación y el diseño de producción, falta de "barullo" y de tonterías en general.
Me impresionó enormemente cuando la vi por primera vez. Me enganchó completamente, me sorprendió y me dejó pasmado. Y no solo por la imponente presencia de la elegantísima Natasha McElhone (una debilidad personal), sino por la calidad y la originalidad de la historia, lo bien retratados que quedan los personajes, y por su carácter abiertamente romántico al acentuar la importancia de la historia de amor de Kelvin y Rheya, además de por su fascinante escena final, cuando Rheya le dice a Kelvin "ahora ya no hay que pensar en esos términos". Además, el reducido reparto da vida con gran acierto a sus personajes, en particular Clooney y McElhone.
Lo confieso. Me encanta Solaris.
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