El personaje de Joe Patroni apareció por primera vez en Aeropuerto (1970), una de aquellas películas de catástrofes de los años 70, divertidas y entretenidas de ver, pero que hoy resultan ya algo risibles y caducas (con una notable excepción, la fantástica, fantástica El Coloso en Llamas, protagonizada por esos dos gigantes que fueron Steve McQueen y Paul Newman), y en las que siempre se asociaban dos elementos para tratar de atraer al público a las salas: un hecho dramático (terremoto, accidente aéreo, marabunta, lo que tocase) y un reparto aliñado de viejas glorias de Hollywood que buscaban mantenerse en el candelero, y con cuyos nombres los productores daban lustre a sus carteles. James Stewart, Gloria Swanson, Joseph Cotten, Olivia de Havilland, Dana Andrews... unidos a nombres estelares de la época como Jean Seberg, Jacqueline Bisset (lo cual nunca es un problema, digo yo), Linda Blair o Sylvia Kristel, componían los repartos de las películas en cuestión.
A lo que íbamos: Joe Patroni es el tipo que lo sabe todo, que lo arregla todo, el hombre al que se llama cuando la situación es desesperada. Interpretado con su habitual aplomo por el conocido actor George Kennedy, que ha protagonizado infinidad de películas y series de TV, en Aeropuerto Patroni es un ingeniero de la compañía aérea que ayudará a que el avión en el que viajan, entre otros, Burt Lancaster, Dean Martin (¡el piloto! ¡Dios mío!) y la sobrenaturalmente hermosa Jacqueline Bisset no se estrelle, pese a mil problemas y vicisitudes.
Lo más gracioso del asunto de Patroni es que el personaje vuelve a aparecer, con la mayor naturalidad del mundo, en las otras tres películas que generó el éxito internacional de Aeropuerto: Aeropuerto 1975 (con Charlton Heston en la cabina del piloto), Aeropuerto 77 (con el inmortal Jack Lemmon al timón) y Aeropuerto 79 (con ¡Alain Delon! como protagonista). El progresivo decaer de la "saga", con historias cada vez más risibles (que darían lugar a la inolvidable parodia de Zucker-Abrahams-Zucker Airport!, imposible olvidar sus chistes cuando uno sube a un avión), es inversamente proporcional a la importancia de Patroni en los argumentos. En la última de las películas, de hecho, ya es Capitán Patroni e incluso llega a ¡pilotar el avión!
Si no recuerdo mal, lo más divertido de esta última película es que el avion se ve obligado a un aterrizaje forzoso en una montaña nevada porque se queda sin combustible... y un rato después, cunde la alarma y se evacúa el avión a toda pastilla porque ¡va a explotar!
La monda, vamos.
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