Desde que Norma editó la más reciente versión de El Eternauta en nuestro país en un grueso tomo apaisado de tapa dura, no he oído ni leído más que elogios hacia esta obra. Todo el mundo la ponía por las nubes. Yo lo hojeaba, y aparentemente, no parecía gran cosa. Pero cuando la gente coincide en algo... suele tener razón.
De modo que finalmente, hace poco, me dije: "ya va siendo hora de dejar de ser un boludo" (nunca mejor empleada la expresión), y me hice con mi correspondiente libraco, me lo llevé a casa, lo abrí, empecé a leerlo... y quedé completamente atrapado. Desde las primeras escenas en las que una mortífera nevada se abate sobre un desprevenido Buenos Aires, como anticipo de una terrible invasión alienígena, El Eternauta engancha al lector con un suspense estupendamente bien llevado. A la manera de H.G. Wells en La Guerra de los Mundos, contar una historia pequeña que a su vez sirve para contar otra más grande, otro H.G., Oesterheld esta vez, nos cuenta la peripecia de Juan Salvo, familia y amigos, y a la vez que ellos, vamos conociendo a los misteriosos e implacables invasores, que ocultan muchos secretos, a cual más sorprendente y pavoroso.
Es un relato lleno de acción, suspense, sorpresas y giros inesperados que mantiene al lector completamente atrapado hasta que, más de 350 páginas después, asistimos a un final realmente logrado: un giro de pura ciencia-ficción, imposible de imaginar diez páginas antes, brillante y adecuado como broche de oro a una historia excelente.
Un relato que, además, tiene no pocas resonancias de la época en la cual fue gestado (bajo la dictadura militar) gracias a la conciencia de su guionista, maestro de maestros en el cómic argentino y mundial, quien, no lo olvidemos, "desapareció" víctima del régimen militar. Además, El Eternauta cuenta con el trabajo gráfico de Solano López, otro clásico de la historieta argentina, que ilustra las aventuras de Salvo y compañía con un dibujo sobrio, sin alardes, quizá poco atractivo a los ojos de un lector acostumbrado a otro tipo de estilos o virtuosismos infográficos actuales, pero enormemente efectivo.
En resumen; que yo también recomiendo fervientemente El Eternauta. Porque no soy ningún boludo.
1 comentario:
tal cual amigo, una obra como El Eternauta debe ser leída una y mil veces!
saludos!
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