Mis películas favoritas: LOCAL HERO

Mucha gente conocerá esta película solamente por el hecho de contar con una conocidísima y excelente banda sonora compuesta por Mark Knopfler. Pero Local Hero es mucho más que eso. Una película humilde, sin pretensiones, que nos cuenta una historia melancólica, intimista, sosegada, con excepcionales momentos cómicos; un canto de amor a la amistad y a la naturaleza, además de una adecuada reflexión ecologista y antimaterialista. Escrita y dirigida por Bill Forsyth, se rodó en 1983 en escenarios naturales, concretamente en la localidad costera escocesa de Pennan.

La historia es sencilla: Knox Oil & Gas, una gran multinacional petrolífera, planea construir una refinería en un remoto lugar de la costa escocesa, donde se asienta un pequeño pueblo de pescadores frente a una playa. Enviado personalmente por Felix Happer, el superjefazo de la empresa y gran aficionado a la astronomía (interpretado con divertido aplomo por el gran Burt Lancaster), "Mac" MacIntyre (Peter Riegert) debe poner en marcha el proyecto sobre el terreno. Ayudado por el hombre de la compañía en Escocia, Olsen (Peter Capaldi), su primera tarea es conseguir comprar el terreno en el que se asentará la futura refinería. En su camino se cruzará Gordon Urquhart (Denis Lawson), dueño del hotel local, que verá la oportunidad de hacer un buen negocio... Otros dos personajes importantes de la historia serán Stella (Jennifer Black), la atractiva esposa de Gordon, y Marina (Jenny Seagrove), una bellísima oceanógrafa que le robará el corazón a Olsen... afectando con ello al proyecto.

El choque cultural es más que evidente: un yanqui acostumbrado a vivir al segundo se da de bruces con el carácter reposado y pachón de los lugareños, una serie de entrañables personajillos. Poco a poco la película se hace un huequecillo en el corazoncito del espectador, a la vez que la belleza sobrecogedora del paisaje (y Stella también) hace lo mismo con el corazón tejano de Mac. Sintomática es la imagen de un Mac que se quita el reloj, lo deja en unas rocas para recoger unas conchas en la playa... y después se olvida de él.

Es imposible resistirse a la carcajada con el chiste recurrente del motero que siempre atraviesa el pueblo a toda velocidad cuando alguien trata de cruzar la calle, o con la relación de Happer con su loquero, o con la surrealista escena del bebé, por no hablar del torpón de Olsen cortejando a Marina; o no conmoverse con la triste escena de fiesta en la que los lugareños celebran el negocio que han hecho... al vender sus casas y tierras y perder todas sus raíces.

Excelente película. Una de esas para volver a repasar de vez en cuando, y disfrutar de nuevo.