"You're going to need a bigger boat."
martes, 16 de junio de 2009
Películas recién vistas: LOS MUNDOS DE CORALINE
La nueva joyita que regala el mundo de la animación digital a los ojos de los cinéfilos se llama Los Mundos de Coraline. Basada en la historia infantil de Neil Gaiman, narra las aventuras de la joven Coraline, cuyos padres están demasiado ocupados con sus trabajos para prestarle la atención que ella desea. Explorando la nueva casa la que acaban de mudarse, que comparten con vecinos de lo más peculiar, la niña descubre una puertecita secreta... que da acceso a un mundo paralelo donde todos los deseos de Coraline se hacen realidad... o eso parece.
Un verdadero derroche de imaginación es lo que nos ofrece la festivalera adaptación del cuento original, escrita y dirigida por Henry Selick, director de Pesadilla antes de Navidad y James y el Melocotón Gigante. Una animación sugerente y estilizada, realizada con la técnica de stop motion, que se revela enormemente simpática y efectiva para narrar la historia, en la cual Selick se aparta un tanto del tono algo tétrico del Coraline original (al contrario de lo que hace P. Craig Russell en su fidelísima adpatación en cómic) para hacer la historia algo más circense, sencilla (que no simple), alegre e infantil. Los secundarios son algo más exagerados (incluso se incorpora uno nuevo para echarle una mano a la niña), la historia abunda en escenas de acción algo más "movidas" y el tono es algo más ligero, en un verdadero festival de imaginación en el diseño de personajes, decorados y situaciones.
Se notan evidentes huellas "burtonianas" en muchos elementos del film (y un claro homenaje a Disney en la encarnación "maléfica" de la otra madre de Coraline), pero el film de Selick tiene una personalidad propia y no es una simple imitación de otros, y aporta numerosos elementos originales a la obra en la que se inspira. Un film muy agradable de ver, lleno de imaginación, vibrante pese a alguna que otra pequeña caída de ritmo, con grandes dosis de humor y una gran brillantez visual. Da cuenta de su calidad el hecho de que enseguida olvidamos que todo, todo lo que estamos viendo en todo momento: personajes, escenarios... todo, está hecho a mano, a pequeña escala, y animado fotograma a fotograma, con infinita paciencia.
En suma: un espectáculo cinematográfico lleno de imaginación, que te hace pasar un buen rato. Eso ya es decir mucho, en los tiempos que corren...
PS.: por si no había suficiente: mi reseña en Dolmen sobre la adaptación de P. Craig Russell. (También existe otra versión en imágenes de Coraline, obra del sin igual Dave McKean).
P. Craig Russell, especialista en adaptar obras de todo tipo al cómic (y uno de mis autores favoritos), presenta su versión de Coraline, novela de Neil Gaiman, en la que el creador de The Sandman cuenta la historia de una niña solitaria, con unos padres bastante peculiares, que descubre una misteriosa puerta en su nueva casa: un acceso a un mundo paralelo, que parece ser todo lo que ella desea, pero que enseguida se revela como algo muy distinto. Gaiman creó una historia elegante y muy agradable de leer, pese a contener ecos de muchas obras anteriores, y la adaptación de Russell mantiene el alto nivel de calidad de otras obras suyas.
Desde la impresionante primera página hasta la última viñeta, Russell brilla a gran altura, muy bien secundado por su colorista habitual, Lovern Kindzierski, y con una cuidada rotulación, obra de Todd Klein. El dibujo es, como siempre, exquisito, con una especial atención a la expresividad de los personajes principales (su Coraline es un prodigio de gestos y miradas sutiles). El autor alterna páginas en que sus viñetas “van de la mano” de los textos (a veces, incluso resulta algo redundante) con otras en las que deja que la acción y los dibujos hablen por sí mismos, y añade nuevos matices a la historia con su contrastada habilidad narrativa. El autor usa esta vez estructuras de página más sobrias y menos “epicas” que en otros trabajos suyos, bien ajustadas a la historia que narra.
El autor de El Anillo del Nibelungo, con 30 años de carrera a sus espaldas (¡y que dure!), mantiene intacto su enorme talento, y Coraline es una apuesta tan segura como sus célebres adaptaciones de Elric, o su más reciente Las Joyas de Gwalhur. Un libro excelente.
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