Películas recién vistas: AIR DOLL

Hirokazu Koreeda escribe y dirige la versión fílmica de Kuuki Ningyo, el manga de Yoshiie Goda. La historia narra los avatares de Nozomi (Bae Doona), una muñeca hinchable a tamaño natural que una mañana cobra vida y empieza a relacionarse con otros seres humanos, además de con su dueño, el solitario Hideo (Itsuji Itao). Porque a diferencia de otras congéneres suyas, Nozomi ha encontrado un corazón... y quiere ser mucho más que un simple trozo de plástico relleno de aire. Pero, ¿son acaso los seres humanos algo más que receptáculos vacíos, como ella...?

Desde luego, la exposición de la idea que trata de comunicar el director y guionista está bien clara. Tanto a través de Nozomi y de Hideo, como en las vidas de otros personajes del desolado vecindario de gran urbe japonesa en el que se desarrolla la historia, vemos que muchos seres humanos viven vidas tristes, vacías, sin sentido. Desde variadas obsesiones (el propio Hideo, la chica bulímica, la mujer desquiciada que se siente culpable por los crímenes que ve en las noticias) hasta la más absoluta soledad, que cada uno compensa como puede (de nuevo Hideo, pero también Junichi, que se enamora de Nozomi, y su padre, o el anciano), el panorama que pinta Koreeda no es nada halagüeño para el ser humano en general y el japonés en particular.

En resumen, el mundo es imperfecto: las personas no pueden sobrevivir en solitario, necesitan la compañía de otro ser humano para poder llenar ese vacío que llevan dentro, con amor, con amistad, con compañía; pero el mundo en que vivimos nos hace a veces ver al resto de seres humanos como algo desagradable, incluso molesto (como le sucede a Hideo), y de ahí el desarraigo en el que bucean los personajes de Air Doll, cada uno con su cruz de soledad a cuestas.

El film aúna elementos de lo más original con algunos otros aspectos resueltos de forma un tanto tópica. Quizá se puede achacar a Koreeda que da muchas vueltas sobre lo mismo, tantas que a veces pierde el rumbo y se va por las ramas. A ratos, el film es redundante: sin hacerse plúmbeo, podría recortarse su metraje sin perder la esencia del asunto. Algunas partes del argumento también adolecen de algo más de explicación, como el progresivo distanciamiento de Nozomi e Hideo, o la reacción de Junichi al darse cuenta de la especial condición de Nozomi. Precisamente el hecho de que Nozomi no es un ser humano da lugar a varios de los momentos visuales más impactantes del film. El final, sin dejar de ser coherente con lo expuesto, quizá está un tanto alargado.

En conjunto, Air Doll es un film interesante, tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta, aunque mejorable en algunos aspectos. En cualquier caso, recomendable, pero no para todos los públicos...