Rodeado de Series presenta... PERDIDOS

El reparto original de la serie, al completo.

Sí, a mí también me enganchó Perdidos... Lo recuerdo perfectamente. La estrenó la 1 una tarde de domingo con una ración doble. Desde el primer momento se veía que aquella serie tenía algo especial... ahora, unos añitos después, y recién terminada, desde luego se puede decir que Perdidos ha hecho historia en el mundo de las series de TV. Si Twin Peaks demostró que las series de TV podían ser diferentes, y The Sopranos abrió todo un mundo adulto y complejo para que otros lo exploraran (y bien que lo han explorado), la serie creada por Cruse, Lindelof y Abrams ha marcado un nuevo hito.

¿Cuáles son los motivos del éxito planetario de Perdidos? Reconozcámoslo, no es una serie "fácil". Cada episodio no es más que una pieza de un complejo rompecabezas. Los guionistas juegan con varias líneas temporales al mismo tiempo, y utilizan a la perfección la astuta técnica de revelar la información sobre los personajes con cuentagotas. El reparto no tiene un protagonista principal claro, pese a que hay personajes que destacan. Pero no hay un Greg House, un Tony Soprano, un Jack Bauer. Lo que parece una trama de suspense y supervivencia con pinceladas inquietantes ha ido derivando hacia un tratamiento decididamente inclinado a lo fantástico, y al mismo tiempo se ha ido ramificando tanto que al inicio de la sexta temporada el laberinto de tramas es ya verdaderamente intrincado.

Una de las razones de que la serie funcione es su gran calidad técnica. En cuanto a narrativa visual, sobre todo en lo referente al montaje, Perdidos es estupenda, episodio por episodio. Hay temporadas en las que la serie juega incluso con tres líneas temporales diferentes sin que nadie tenga posibilidades de confundirse. Quizá sí de perderse un poco, a veces, en la vorágine de saltos adelante y atrás en el tiempo, sorpresas contínuas y hechos aparentemente imposibles. Pero eso es parte del encanto de la serie, que precisamente invita al espectador a "meterse" en ese juego, y a dejarse sorprender por esos personajes y esa isla.

Los protagonistas de la serie son otra importante baza. Encarnados por un reparto de actores virtualmente desconocidos antes de Perdidos, cada uno de los personajes de la serie esconde secretos, y la manera en que lidian con ellos y cómo influye su carácter en las relaciones con los demás, en el marco de la exuberante isla del misterio, es la columna vertebral de la serie. ¿Quienes son los principales protagonistas de Perdidos? Porque después de seis temporadas, la lista de personajes fundamentales es ya muy amplia. Estos son los personajes de mayor peso.

Jack Shepard (el guaperas Matthew Fox) es un cirujano de éxito, un líder natural, bondadoso y también demasiado responsable y demasiado consciente de su bondad. Gran parte de la serie versa sobre la confrontación de caracteres entre Jack y John Locke (un inquietante Terry O'Quinn), el mesiánico inválido de cabeza rapada que recupera el uso de las piernas al llegar a la isla, y desde entonces se convierte en su firme defensor, mientras Jack ve a la isla como un ambiente hostil del que hay que escapar.

John Locke cree en la isla... demasiado, incluso para su propio bien
y el de sus compañeros de aventura.

Por su parte, Kate (la atractiva, diminuta y artificial Evangeline Lilly) es una fugitiva de la justicia, que entablará una relación con Jack, y a la vez se convertirá en el objeto de deseo de otro náufrago, el egoista, peligroso y bronco Sawyer (el siempre desmañado y resultón Josh Holloway). Otros dos personajes clave a lo largo de la serie serán Sayid (el siempre pulcro y elegante Naveen Andrews), antiguo interrogador de la Guardia Republicana iraquí; el desdichado Hugo "Hurley" Reyes (el inmenso, en todos los sentidos, Jorge García), a quien el dinero no le ha dado la felicidad... Otros personajes son la embarazadísima Claire (Emilie DeRavin); el drogadicto músico de rock Charlie (Dominic Monaghan); el matrimonio coreano compuesto por la enigmática Sun (Yunyin Kim) y el hierático Jin (Daniel Dae Kim), y sus interminables parrafadas en coreano subtitulado; los hermanos Boone (Ian Somerhalder) y Shannon (Maggie Grace); y una multitud más de personajes que se van incorporando a lo largo de la serie.

Jack, Kate y Sawyer, un triángulo muy inestable.

Con el paso de las temporadas, algunos han desaparecido, otros han llegado para reemplazar, ayudar o fastidiar, segun el caso... algunos incluso han muerto, pero excepto los "originales" que han sobrevivido a los distintos avatares, solo unos pocos han permanecido. Entre ellos, Ben Linus (el estupendo Michael Anderson), el inquietante líder de los Otros, la amenaza continua para los náufragos, y Juliet (Elisabeth Mitchell, tan expresiva como una esfinge), su ayudante; Richard Alpert (Nestor Carbonell), uno de los personajes más misteriosos (y sosos) de la serie, y Desmond (Henry Ian Cusick), el vigilante a la fuerza de la estación oculta bajo la isla... pero la nómina de personajes de la serie es amplísima. Al respecto, para hacerse una idea, ver este enlace. Estos solamente son los principales y los secundarios "de primer grado".

Ni siquiera voy a intentar hacer un resumen de la trama. Su complejidad y sus numerosos giros y saltos atrás y adelante en el tiempo alargarían demasiado este texto, ya demás seguramente acabaría perdiéndome... Así que solamente voy a hablar un poco de la impresión general que me ha producido la serie, tanto lo anterior, como esta sexta y última temporada que todos hemos visto ya, o estamos a punto, o estamos en ello. O sea que, a partir de aquí, vienen los spoilers... quien avisa no es traidor.

Ben Linus te contaría el final... yo no voy a ser tan malo.

LA SEXTA TEMPORADA
Personalmente, lo que más me gusta de Perdidos es su capacidad de enganchar y sorprender. Más allá del misterio de qué es la isla exactamente, lo realmente magnético de la serie es esa manera de ir acumulando misterio tras misterio, giro tras giro. Pero a la hora de culminar este largo viaje, solamente hay dos maneras de abordar el asunto. O se sigue en la misma vía, o se explica el asunto.

El equipo de Perdidos opta por tratar de seguir ambos caminos. Por un lado, imaginando un hipotético futuro en el que los personajes nunca llegaron a la isla, y el vuelo 815 de Oceanic aterrizó en Los Angeles sin mayor novedad. Por otro, continúa su ya bizantina trama y explica de una vez por todas qué es la isla, y quiénes son los dos misteriosos personajes que aparecieron al final de la quinta temporada: el pesadísimo Jacob (el también pesadísimo Mark Pellegrino) y su enemigo, el hombre de negro (Titus Welliver), quienes realmente tienen todas las claves del cúmulo de misterios por el que vamos transitando desde 2004. La aparición de ambos al final de la penúltima temporada tensaba definitivamente la cuerda de la suspensión de la incredulidad: esto había que explicarlo. Y lo que es peor, para mi gusto, daba a entender que la explicación iba a ir por los derroteros del "esto es algo mucho más grande de lo que imaginas"... Y en efecto, ese es el caso.

El tal Jacob es un "pesao", ¿o sólo me lo parece a mí?

En su sexta temporada, la serie sigue siendo entretenida, pero lamentablemente adolece de dos problemas. Por un lado, la parte "futura" no tiene el mismo gancho que otras líneas alternativas exploradas en otras temporadas, y "vive" mucho de cosas que ya sabemos de los personajes. Y por otro, la parte "Jacob" se revela un tanto simplona, incluso a ratos abiertamente idiota (véase el episodio del "origen secreto" de Richard, o el soso capítulo en el que se cuenta la génesis del famoso humo negro), y el habitual ir y venir de los personajes isla arriba, isla abajo no tiene el atractivo de ocasiones pasadas. Sigue habiendo sorpresas, y los guionistas mantienen la efectiva manera de narrar de anteriores temporadas. Pero la serie no alcanza el nivel de temporadas anteriores. Por ejemplo, toda la intriga inicial relacionada con el templo, el tipo japonés misterioso y demás zarandajas deja un poco perplejo al personal, sobre todo por el espacio que se le dedica, dada su escasa trascendecia (es liquidada de un plumazo y olvidada como si nada).

Pero segun la serie se va acercando a su conclusión, el efecto sorpresa se va desvaneciendo, las tramas se enredan demasiado, todo se vuelve un poco más lioso, y el problema es que todo el barullo acaba dejando al espectador bastante indiferente. La poca huella que dejan las muertes de personajes que nos habían acompañado desde la primera temporada pretenden ser tan repentinas y dramáticas como lo fueron en su día las de los desdichados Boone, Shannon, Ana Lucía o Libby, por ejemplo, pero el impacto es mucho menor.

El chalado de Desmond disfruta de gran protagonismo en la sexta temporada.

De la mano del inefable Desmond, vamos cayendo en la cuenta de que ese "futuro" con el que se alterna la trama de la isla es algo muy distinto de lo que creíamos. Desde luego, esa parte funciona mucho mejor que la relativa al destino final de la isla, mucho más enrevesada y arrítmica, y cuyo final, completamente abierto, es de lo más tonto y facilón, y en general muy decepcionante. Y es justo reconocer que la parte "futuro" tiene mayor atractivo gracias al cariño que les hemos cogido a los personajes a lo largo de los años.

El episodio final, trufado de empalagosos momentos "parejita", es bastante previsible, desde luego, incluso si uno ha conseguido llegar hasta allí sin que ningún revientapelículas le cuente el final o el intríngulis del asunto... Cosa que, habrás notado, yo no he hecho. Eso sí, es un poco boba esa manía de "cerrar" la historia, de que la despedida de los personajes en la ficción se corresponda con el adiós real de la serie, al estilo El retorno del Rey... pero, ¿y lo bonito que queda cuando se destaca en los extras del DVD, eh?

En resumen: la última temporada es la peor. Qué le vamos a hacer...