Mis películas favoritas: THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW

 

I've been making a man... with blonde hair and a tan... 

Como seguramente sabrás, The Rocky Horror Show es un conocido musical, con más de 35 años de éxito, que narra la disparatada peripecia de Brad y Janet, dos jóvenes que acaban de comprometerse. Cuando su coche se avería en una noche lluviosa, encuentran refugio en un caserón cercano, donde les reciben dos pintorescos sirvientes, Riff Raff y Magenta… pero para pintoresco, el dueño de la casa: ni más ni menos que el inusual científico Frank N. Furter. Pronto, Janet y Brad se verán envueltos en todo tipo de embrollos rocambolescos, porque Frank y sus sirvientes son mucho más de lo que parecen…

 Don't you panic... I'll get you a satanic mechanic...

Mezcla alienígenas, citas explícitas a los clásicos del cine de terror de Universal y Hammer y al cine adolescente de programa doble de autocine, súmale música rock a toda pastilla y consigues exactamente lo que es The Rocky Horror Show, y la versión fílmica sigue este esquema chalado al pie de la letra. No, The Rocky Horror Picture Show no es una buena película. Eso está fuera de toda duda. Su historia, como el argumento del musical en el que se inspira, verdadero exitazo a mediados de los 70, es rocambolesca, una mezcolanza psicópata de géneros que parece perpetrada por alguien que ha fumado demasiada hierba. Quizá ese era el caso de Jim Sharman y Richard O'Brien (este último, coautor del musical original, y también interpretando en el film a Riff Raff), exactamente… Todo tiene un toquecillo cutre y zarrapastroso, producto de su rápido rodaje, que trataba de aprovechar al máximo el éxito del musical original.

I'm just a sweet transvestite...

Entonces, ¿cuál es el secreto de su éxito? ¿Por qué tantas y tantas personas a lo largo y ancho del globo, y quizá en otras galaxias también, se saben de memoria las canciones, las coreografías, los diálogos, y se complacen en participar en la elaborada liturgia de "participar" en el film? ¿Por qué, hace unos días, más de 8.000 personas se reunieron para bailotear el célebre Time Warp y marcaron un nuevo récord Guinness? (Como si a alguien le importasen los rancios récords Guinness, a estas alturas… y sin embargo, ese carácter vetusto de las marcas casa perfectamente con lo cutre del film del que hablamos)... ¿Por qué alguien tan popular se disfraza de uno de los personajes en el evento...? ¿Por qué un tipo relacionado con una serie de éxito suena como posible realizador de un remake...?

La respuesta es muy sencilla. The Rocky Horror Picture Show mola.

 El genial Tim Curry, verdadera alma del film, flanqueado

por sus ayudantes Patricia Quinn (Magenta) y Little Nell (Columbia).

Pese a que la película es un dislate total, el argumento y las sandungueras canciones que lo acompañan son pegadizas, cañeras y reúnen todo tipo de referencias, algunas muy evidentes: espías nazis, estrellas de películas de serie B, filmes de adolescentes de los 50, marcianos… El reparto, incluidos unos jovencísimos Susan Sarandon (en serio) y Barry Bostwick como Janet y Brad, muchos de ellos intérpretes también del musical original, está perfecto en sus estrambóticos roles. Brilla, resplandece, deslubra con su esplendor glam ese inmenso actorazo que es Tim Curry en el papel de Frank N. Furter, divertidísimo en su papel de genio chalado travestido, todo presencia, gracia y voz. Otra cara conocida: Meatloaf, el orondo cantante de rock "estilo Steinman" que brilló (algo) en los 80 y ahora mantiene una errática carrera de actor (y tiene una hija, clónica, que es actriz también, interpreta a Eddie, el novio "fallecido" de una de las ayudantes del científico enajenado.

Si no la has visto aún, en serio… no te prives. Déjate llevar por 90 minutos largos de chaladura, música, cutrez consciente, y verás lo bien que lo pasas... aunque nada tenga ni pies ni cabeza.

Más, aquí.