Primero, el comentario obligado de fan de Bruce. La nueva edición de Darkness on the Edge of Town, en una lujosa caja que contiene 3 discos y 3 DVDs es la bom-ba. Punto. Si la caja Tracks descubría maravillas ocultas, este The Promise hace lo mismo… Vayamos por partes.
El libro
Bien sabida es la costumbre del de New Jersey de usar un cuaderno, donde va anotando las ideas, las letras de las canciones, y cualquier cosa que le resulte de interés durante la producción de un disco. El diseño del libro reproduce fielmente el aspecto de uno de los célebres cuadernos de Bruce, obviamente, el de Darkness, tachones, pegotes variados (como carátulas de cassettes con distintas pruebas del orden de las canciones del disco) y páginas rotas incluidos. Entre garabatos casi indescifrables, somos testigos de cómo van naciendo las canciones, cómo va tomando forma sus letras y títulos, cómo el músico juega con ellas hasta que está completamente satisfecho… un lujo, vamos.
Los discos
Los tres CDs que contiene The Promise son, por un lado, la obligatoria remasterización del disco original, uno de los mejores de su carrera sin duda. Por otro, una veintena de tomas inéditas entre las cuales se encuentra un poco de todo. Son canciones grabadas durante las sesiones de Darkness, que después quedaron descartadas, en un proceso habitual en Bruce, que graba, graba, graba y después selecciona: oimos desde versiones alternativas de canciones del disco, hasta nuevos (para nosotros) temas descartados en su día (sin duda, por su poca concordancia con el tono general de Darkness, no por su evidente calidad).
Una decena y media larga de piezas completamente inéditas, más unas cuantas versiones alternativas que muestran cuánto pueden cambiar las canciones desde su primer origen hasta la grabación definitiva. Un puñado más de temas que se añaden sin desentonar al ya apabullante cancionero del Boss. Casi nada, oiga.
Jóvenes de Jersey... de izquierda a derecha: Roy Bittan, Clarence Big Man Clemons, Garry Tallent, Max Weinberg, Bruce, Stevie Van Zandt y Danny Federici. O, para abreviar... la E Street Band.
Los DVDs
La joya de la corona de The Promise es sin duda la grabación de un concierto ofrecido en Houston en 1978, donde un joven Bruce y la banda se muestran absolutamente demoledores. Tras varios años tocando juntos, la E Street Band primigenia suena de muerte. Pese a que a los avezados fans de Bruce les sonarán algunas versiones de canciones gracias a los innumerables discos bootleg que circulan por el mundo (¿tú cuántos tienes? Yo, sincermante, he perdido la cuenta...), ver al Jefe y los muchachos en acción en esos años no tiene precio, y quien no haya disfrutado de ello tiene una oportunidad inigualable. La calidad de las imágenes es la que es: la de la grabación de vídeo original, con todos sus defectos, pero obviamente su valor testimonial hace olvidar todas sus imperfecciones. La mezcla de sonido es estupenda.
Absolutamente rompedor es el atracón final de bises con temas propios y ajenos que regalan a la entregada audiencia, con un divertido y descamisado Bruce, que parece poseido (se dirige al público con frases como "no puedo parar" o "vosotros me habéis provocado", en medio del frenesí rocanrolero, con la banda sonando a toda pastilla… y eso, después de casi tres horas de concierto. ¿Destacar alguna cosa? Por mencionar algo en concreto, dentro de un conjunto sobresaliente, una larga e impresionante versión de She's the One mezclada con el clásico Mona.
La gran sorpresa es otra grabación en directo, esta vez de 2009. La banda, sin Nils Lofgren y sin presencia femenina, y con Charlie Giordano sustituyendo al fallecido Danny Federici, se marca una toma en directo de las doce canciones originales de Darkness, pero en un teatro vacío, sin público. Ello no significa que ni Bruce ni los músicos se tomen la cosa a broma, todo lo contrario. La entrega es total, e incluso al final, la transición entre Prove it all Night y Darkness… es al mejor estilo E Street Band, sin pausa, como en cualquier otro show.
Es, ni más ni menos, la mejor máquina de tocar en directo, tocando en directo… ¿para nadie? No, más bien para todos, para cualquiera que se siente delante del televisor y enchufe el DVD (o el Blu-Ray). Un concierto privado. Toma ya. Y un testimonio de madurez y de saber hacer, como demuestran una telúrica Badlands, una solemne Racing in the Streets o una maravillosa The Promised Land.
Lo mejor de todo es que en el mismo disco se recogen una serie de piezas, bajo el título de Thrill Hill Vault, grabadas en los tiempos de Darkness: ensayos, versiones primerizas en directo y otras curiosidades, titubeos de un músico y una banda que suenan increíbles ya entonces. Es divertidísimo ver a un grupillo de desmañados y melenudos chavalotes ensayando y tocando, divirtiéndose juntos y disfrutando de la música, y maravillarse con su estupenda conjunción y arrolladora energía, incluso en ensayos en la granja de Holmden en la que Bruce vivía por entonces.
Hablando de energía, la invasión de fans femeninas que besuquean y estrujan a Bruce mientras canta (o lo intenta) Rosalita en una de estas piezas es desternillante...
Para finalizar, un documental sobre la creación del disco y los conocidos avatares de la vida del cantante, por entonces. Lo mejor, obviamente, las imágenes tomadas durante las sesiones de grabación, donde se pueden escuchar piezas ya clásicas en el repertorio de Bruce, como Badlands, The Promised Land o Factory, con distintas letras, diferentes arreglos… mientras, a fuerza de ensayos, revisiones, obsesiones, discusiones y horas y horas de trabajo, el disco iba tomando forma, como podemos apreciar también en algunas de las grabaciones de The Promise. De lo más interesante.
Más de seis horas de imágenes, en total. Vamos, lo dicho: lujazo. Más información y detalles, aquí.
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