Me ratifico punto por punto en lo que escribí hace unos días sobre el arranque de The Walking Dead, la adaptación televisiva de la célebre serie de cómics de Robert Kirkman. El primer capítulo, escrito y dirigido por Frank Darabont, productor de la serie, auguraba lo mejor para esta miniserie. Sobre todo, porque pese a ser muy fiel a lo relatado en los tebeos, no seguía (ni necesitaba hacerlo) punto por punto el argumento original, y presentaba una versión fiel pero no mimética, cuyo efecto era reforzado por el buen trabajo de su protagonista, Andrew Lincoln, y por la modélica realización. La producción era de lujo. Pintaba muy bien.
Los episodios dos y tres (vienen spoilers, por cierto, aviso) seguían en la onda de los tebeos, pese a introducir nuevos personajes y elementos. En particular, el pendenciero white trash Merle (y su hermanito, el de la ballesta), interpretado por Michael Rooker, creación original para la serie, cuya peripecia (eh, tampoco lo voy a contar todo) permitía unos buenos momentos de tensión. Ambos episodios mantienen el suspense, que es de lo que va la serie, caramba.
Pero el episodio cuatro significaba un apreciable bajón de calidad. Un capítulo irregular, arrítmico, que se abría con una interminable escena de diálogo entre las dos hermanas, que no tenía ningún tipo de trascendencia y era perfectamente extirpable, y continuaba con Rick y su cuadrilla de rescatadores, y lo que se encontraban al volver a la ciudad en busca de Merle, Seamos suaves: este capítulo no es el mejor momento de la serie… pese a que al final, el episodio levanta el vuelo un tanto con el ataque de los caminantes (dado que, al parecer, nadie se acuerda de vigilar el campamento, estos supervivientes son algo pachones), la sensación general es de "Houston, tenemos un problema".
El quinto capítulo ahonda en el asunto del problema, por desgracia. Y aún peor, porque el arranque, con la transformación de Amy en caminante, es estupendo. Se introduce en la trama "con calzador" el personaje del científico interpretado por Noah Emmerich. Y de repente, parece que estamos viendo otra serie... El giro, al estilo de algunos episodios de Perdidos, pero peor ejecutado (en un guión escrito, ojo, por el mismísimo Kirkman), sorprende, pero ratifica algo que auguraba el cuarto capítulo: la serie empieza a olvidarse de la clave de la historia que está contando.
No hay ningún problema con cambiar el argumento del cómic, si es para mejorar. Pero esto no es una mejora. Este desarrollo recuerda a la segunda parte de la antigua V, cuando, ya establecido el asunto de la invasión, la serie dejó de evolucionar para convertirse en un rollazo repetitivo y hasta la maléfica Diana resultaba aburrida. Y hay unos cuantos momentos que recuerdan, de nuevo, poderosamente a Perdidos (la despedida de cierto personaje). Sólo les faltan las mochilas y las botellas de agua…
Y el sexto capítulo no hace sino acabar de estropearlo todo, creo yo. Incluye momentos tan prescindibles como la mencionada escena entre las dos hermanas (casi todo el capítulo, la verdad), y lo que es peor, termina con la situación inaugurada de un plumazo, sin más trascendencia para los personajes (como sucedía en la sexta temporada de Perdidos, con todo el asunto del templo, al principio). Además, se "santifica" un tanto al personaje de Shane… lo cual augura que su presencia en la serie televisiva se extenderá más allá de su papel en los cómics. ¿En detrimento del fascinante desarrollo del personaje del hijo de Rick, en los tebeos? Esperemos que no, porque Carl se ha convertido en uno de los puntales de la serie, a la altura del Daigoro de Lone Wolf and Cub.
En resumen: The Walking Dead empieza estupendamente, pero no termina tan bien. No es una mala serie, tiene ritmo, los capítulos se ven en un suspiro, está bien realizada e interpretada, pero en los sucesivos capítulos sus guiones caen en bastantes momentos tontos, y se apartan bastante no solo del argumento, sino del meollo del cómic: la superviviencia a cualquier precio. Es sintomático que, pese a su clamoroso éxito, la plantilla al completo de guionistas, Kirkman incluido, hayan sido despedidos. Sería estupendo que su continuación regresase al espíritu de la serie de cómics, donde cada giro, cada sorpresa, encaja y nunca resulta forzado, sino siempre nuevo y apasionante, y Kirkman mantiene el argumento vivo y palpitante.
En cualquier caso, esta serie, gracias a su previsible éxito mundial, puede abrir todo un nuevo camino para las adaptaciones de cómics para la pequeña pantalla. Y eso sería una noticia estupenda, dado que muchas películas "basadas en cómics" hoy en día se fabrican de manera harto rutinaria.
Veremos qué sucede el año que viene...
4 comentarios:
Decepción igual de histórica que su éxito inical de audiencia.
Decepción, sí, esa es la palabra. Veremos cómo sigue el año que viene...
A mí me parece lógico lo que ha pasado. Es una miniserie en la que no hay espacio para tratar y desarrollar tanta historia por lo que en los últimos capítulos se inventan la trama deL centro de infecciones. Han decidido dejar para la segunda temporada y hacer justicia a temas como Shane, la evolución de Carl, etc. En dos capítulos televisivos hubiese sido una locura abarcar todo lo que Robert Kirkman trataba en los primeros números del cómic. El mismo lo ha dicho alguna vez, esos primeros números son más acelerados que el resto de la serie porque no estaba seguro que el cómic tuviese éxito. Así que estos últimos capítulos en la serie de Frank Darabont son sólo una excusa para dejar todo en punto muerto hasta la siguiente temporada. Lo de los guionistas no es tanto un despido sino una reinterpretación de la forma de trabajo como ha dicho Frank Darabont. Algunos de estos guionistas continuarán pero en la siguiente temporada cada guionista se ocupará de manera exclusiva del capítulo de la serie que le sea asignado. Es un método de trabajo muy habitual en este tipo de series. Así que yo me quedo con lo bueno que he visto que ha sido bastante y teniendo la esperanza de que la siguiente temporada será mucho mejor.
Gracias por el comentario!
Yo también prefiero quedarme con lo bueno antes que con lo malo, pero el problema es que la serie ha ido de más a menos... No sé, lo de que los últimos capítulos son solo excusas para dejar la serie en punto muerto sería estupendo si las excusas no fueran tan traídas por los pelos...
Esperemos que la segunda temporada mejore!
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