Profesor Siletsky: "Por una victoria rápida y fulminante"
Maria Tura: "Prefiero un asedio prolongado"
Ambientada en la Polonia asolada por la invasión nazi, la historia está protagonizada por una compañía de actores polacos, que ven frustrado el estreno en Varsovia de su comedia teatral sobre Hitler por la invasión nazi de Polonia. Los actores, encabezados por sus dos grandes estrellas, el matrimonio Tura, formado por Joseph (Jack Benny) y Maria (Carole Lombard) se unirán a la resistencia…
Teóricos de cine de todo el mundo han hablado largo y tendido sobre el famoso "toque Lubistch", un inconfundible estilo de comedia elegante, irónica y brillante que es radicalmente distinto de la afilada negrura de Billy Wilder o de la destructora fuerza caótica de las comedias de Howard Hawks. Ser o no Ser es buena muestra de ello. Es difícil destacar algo, dentro de un conjunto de tan alto nivel. Las situaciones hilarantes se suceden, bien alternadas con los dramáticos momentos del bombardeo de Varsovia, y el peligro mortal en el que se ven envueltos los actores cuando tratan de capturar al espía Siletsky está bien contrapesado por el histriónico e impagable Sig Rumann, interpretando a "campo de concentración" Earhardt, el comandante de las fuerzas nazis ocupantes.
Pero si hay que destacar algo, naturalmente además del estupendo guión y la cuidada dirección del film, es el insuperable trabajo de su pareja protagonista. El hoy olvidado Jack Benny está inmenso en su papel de actor con delirios de grandeza, siempre asolado por las dudas y los celos, irresistiblemente cómico (en particular en la impagable escena en la que encuentra a Sobinsky en su cama). Pero cómo no estar celoso de su esposa, la esplendorosa Maria Tura, la mayor estrella de Polonia, como dice el joven aviador Sobinsky (un bisoño y divertido Robert Stack): la inmortal Carole Lombard compone un personaje de actriz reconvertida en espía con aplomo, con un delicioso aire ligero y picarón, como en la escena donde recibe a Sobinsky en su camerino, porque "se debe a su público", o cuando rechaza con elegancia los embates del espía Siletsky.
Un verdadero monumento, una de esas películas imprescindibles e interporales, ajena a modas y estilos, siempre viva, siempre divertida, siempre lista para hacernos pasar un rato inmejorable.
2 comentarios:
Me has convencido, voy a ver esta película si o si. Un saludo!
Tú lo has dicho, sí o si. Yo acabo de repasarla, y cada día me gusta más! Otro saludo para ti, y gracias por el comentario!
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