
Murphy maneja bien sus cartas en una ambiciosa narración que arranca bien, y mantiene su empuje pese a que hacia la mitad del relato la trama se estanca un tanto, con el recurso al drama y a algún que otro tópico, pero que por fortuna no llega a naufragar aunque se vuelva un poco previsible.
La música punk, la violencia terrorista del IRA reflejada en uno de los personajes, la ambición desmedida del repelente mandamás del programa y las citas explícitas a la vida de Jesús se dan la mano en el relato, en el que destaca la ya conocida fuerza de los dibujos de Murphy, que pese a su estilo detallado y lleno de trazos y tramas por todas partes no descuida la narrativa ni se deja llevar por excesos esteticistas. Para muestra...
En resumen: el guion bien, sin más; el dibujo, excelente.
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