Una vez más, un crossover de Marvel resulta tan aburrido y alargado que es difícil justificar seis capítulos. Un Bendis muy por debajo del buen nivel que muestra en otras obras (y del empuje del arranque de su etapa en los cómics-X) cruza los destinos de La Nueva Patrulla-X y los Guardianes de la Galaxia (esta última serie es una de las cosas más sosas que han salido de Marvel en los últimos años) en una odisea espacial que no aporta demasiadas sorpresas, y que quizá hubiera funcionado mejor con menos personajes y menos paja, o con alguna idea original...
Lo mejor: Sara Pichelli y Stuart Immonen (pese a la escasamente afortunada viusalización del escenario del juicio, más digno de Eurovisión que de un proceso intergaláctico), dos de los artistas más potentes de Marvel ahora mismo, dando lo mejor de sí mismos en ambas series. Lo peor: la absoluta falta de chispa y drama. Eso sí, es algo más divertido que la anodina Imposible Patrulla-X, pese a los estupendos dibujos de Chris Bachalo y Frazer Irving…
Consejo: si quieres leer buenos tebeos de mutantes, lánzate a por la reedición de los New X-Men de Grant Morrison. En serio. Casi todo lo poco de bueno que se puede encontrar hoy en día en las series-X de Marvel proviene de las ideas del escocés... Emma Frost, las pizpiretas gemelas telépatas, Fantomex... Y si no te va el estilo Morrison, recuerda que están los Astonishing X-Men de Whedon y Cassaday, y naturalmente la seminal etapa de Chris Claremont.
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