"You're going to need a bigger boat."

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lunes, 9 de abril de 2012

Películas recién vistas: TITANIC 3D

Siendo fan de la película como soy, obviamente no he dejado pasar la oportunidad de disfrutarla una vez más en pantalla grande, como debe ser, cosa que recomiendo a todos sus fans, y no digamos a quien aún no haya visto el film. El gancho comercial del reestreno de Titanic, además de coincidir con la conmemoración del centenario de la tragedia del transatlántico más famoso de todos los tiempos, es su conversión al formato 3D.

¿Aporta algo el cambio? Más allá de contar con una copia digital de perfecta calidad, en buena parte del metraje, las tres dimensiones no significan gran cosa. Al contrario, sobre todo en la primera parte del film, casi distrae al espectador en algunas escenas al dedicarse sistemáticamente a acentuar la profundidad en escenas en las que lo que aparece en primer término está desenfocado. Sin embargo, y como es de imaginar, el verdadero aliciente del 3D llega a partir del choque con el fatídico iceberg.

Y es que es entonces cuando el nuevo formato ayuda a realzar aún más la espectacularidad de las escenas, de esa hora y pico de puro cine de acción, en el cual, a diferencia de otros "cines de acción", te importa lo que les sucede a los protagonistas. Con un ritmo perfectamente puntuado por las escenas con los músicos del barco, la larga escena del hundimiento sigue siendo un espectáculo de primer orden.

Y por suerte, y con una excepción, James Cameron no cede a la tentación del retoque y reajuste tan querida para George Lucas, por ejemplo. La mencionada excepción: durante la escena del hundimiento, cuando Rose mira a las estrellas, el firmamento no era el correcto para la fecha, y así se lo hizo saber un astrónomo al director. El perfeccionista Cameron, entre inmersión submarina e inmersión submarina estos días, obviamente, procedió a cambiar la escena.

Todos los aficionados recordarán los agoreros presagios que rodearon el rodaje de Titanic, que hablaban de fiasco, no acertaron en absoluto, como sucede a veces con los pronósticos electorales. El éxito mundial, una recaudación que solamente el propio Cameron fue capaz de superar con Avatar y una catarata de Oscars dieron al traste con todos los funestos pronósticos y convirtieron a Titanic en una de las películas más exitosas y conocidas de la historia del cine.

¿Qué tal resiste Titanic el paso del tiempo? La respuesta es "muy bien", gracias a su sencillez y accesibilidad para todos los públicos y su romanticismo desatado. El fuerte de James Cameron nunca ha sido la sutileza, y ahí están personajes como Caledon Hockley para demostrarlo (qué insufrible sigue resultando Billy Zane, por cierto), pero el film sigue funcionando, por encima de su ingenuidad, sus numerosos momentos "porque sí", alguna que otra escena redundante y algunos diálogos... digamos, mejorables. Sigue intacta su espectacularidad, fruto de la acertada combinación de decorados reales y efectos digitales que después perfeccionarían los magos de Weta en la trilogía de El Señor de los Anillos: el resultado es un acabado visual excelente que produce una impresión de realidad mucho mayor que algunas producciones más recientes, todo hay que decirlo. Sus 195 minutos de metraje pasan en un suspiro.

Y permanece el indudable encanto que despliega su dúo protagonista, los entonces jóvenes Kate Winslet y Leonardo DiCaprio (y sin embargo, sigo pensando que no acaban de "hacer buena pareja"); sobre todo, brilla ella, con su aspecto encantador y regordete de estrella de Hollywood clásico y su resplandeciente belleza pelirroja.

En resumen: una gozada.

jueves, 16 de septiembre de 2010

RODEADO DE CELULOIDE presenta… ALIENS: CAMBIANDO EL TONO


Un extécnico de efectos especiales que acababa de triunfar en todo el mundo con la humilde y efectiva Terminator fue el encargado de continuar las aventuras de Ripley. James Cameron, sin intentar imitar el aire claustrofóbico y terrorífico del film de Scott, se decantó por lo que mejor sabe hacer: ambiente machote y acción desatada.

Aliens continúa la historia de su predecesora y nos presenta un futuro, décadas después, en el que Ripley es rescatada y descubre con horror que el planeta en el que "recogieron" al octavo pasajero del Nostromo está habitado por una colonia de terraformadores. Obviamente, alguno de ellos será lo bastante ambicioso y/o cazurro como para aventurarse a investigar cierta nave espacial varada… Perdido el contacto con la colonia, una deprimida Ripley vuelve al lugar como asesora de un repelente tipejo de "la compañía" y de un pelotón de marines coloniales, que se encontrarán con un infierno peor de lo que pudieran imaginar jamás.

Vamos a movernos como si tuviéramos prisa...

Las diferencias entre Aliens y Alien son obvias. Cameron no es ningún intelectual. Si la Nostromo parecía una fábrica, la Sulaco tiene la forma de un fusil. Ripley, visto el tremebundo panorama (la práctica totalidad de los marines, pese a ser duros y machotes, chicas incluidas, es pasto de los aliens en el primer encontronazo) no tendrá más remedio que superar los fantasmas de su pasada experiencia, tanto en relación a los androides como a los aliens, a golpe de coraje, de fusil y de inesperado instinto maternal hacia la gritona y desgreñada niña Newt (si la película se rodase ahora, Newt sería mucho más repelente, sin duda).

El rol materno de Ripley queda bien subrayado con su enfrentamiento con otra madre, la colosal reina alien… lo dicho, sutileza, poca. Recordemos que el equivalente de Shakespeare, para Cameron, es Titanic… La atmósfera opresiva que casi era un personaje más en el film de Scott es reemplazada por un diseño de producción efectivo y funcional, con hincapié en el elemento militarote, que es un simple apoyo para la acción sin freno, sin más.

Ya que has empezado, enséñamelo todo...

Vista hoy, sorprende la efectividad de la mayoría de sus efectos especiales, muchos de ellos completamente artesanales y asombrosamente sencillos. Si la película tarda un tanto en "arrancar", sobre todo con las escenas añadidas a la edición coleccionista (las de Ripley son interesantes, pero las de la colonia antes de ser tomada por los aliens tampoco aportan gran cosa), en cuanto la acción se pone en marcha con la entrada de los marines en el nido de aliens, ya no hay descanso hasta el final. Y de nuevo (y no sólo por ser la protagonista absoluta, esta vez) Sigourney Weaver brilla con luz propia, todo personalidad. El resto del reparto, lleno de caras conocidas, entre ellos un jovencillo llamado Bill Paxton como el bocazas de Hudson y el rebelde Reese de Terminator, Michael Biehn, cumple con sus estereotipados papeles y va siendo masacrado con propiedad.

Ripley y la reina alien, cara a cara.

Cameron alcanzaría el superestrellato después con el exitazo de Terminator 2 y el megaestrellato con la catarata de Oscars de Titanic. Como casi todas sus películas, Aliens ni mejora ni empeora con un repaso. Juega bien sus bazas, no trata de emular a su predecesora ni de meterse en berenjenales que no domina. No es un film para intelectuales, ni falta que le hace. Lisa y llanamente, una buena cinta de acción y una más que digna continuación de una gran película, que cuenta como gran baza con la arrolladora personalidad de Sigourney Weaver y la vigorosa dirección de Cameron.