"You're going to need a bigger boat."
domingo, 2 de marzo de 2008
Películas recién vistas: EN UN MUNDO LIBRE...
La nueva película de Ken Loach es, desde luego, coherente con su filmografía más combativa y militante. Rodada con actores desconocidos (y en algunos casos, ni siquiera profesionales), En un mundo libre... cuenta la historia de Angie, británica, treintañera, pobre y madre soltera, reclutadora de mano de obra barata en países del Este de Europa; trabajadores que luego son empleados en empresas británicas en condiciones de explotación (por decirlo suavemente). Harta de ser explotada en todos sus empleos, decide "pasarse al otro bando" y montar, junto a una amiga, su propia empresa, completamente ilegal, y dedicarse al mismo negocio. Usando su experiencia y todos los (escasos) medios a su alcance, se hace un hueco en el "negocio" del tráfico de trabajadores inmigrantes y comienza a ganar mucho dinero... pero a costa de su vida personal y su relación con su familia.
Desde luego, se puede decir que En un mundo libre... es más discurso que película. Pesa más el carácter reivindicativo y militante que el aspecto fílmico, desde luego: hay películas muy conocidas, igualmente militantes, que aúnan la excelencia fílmica con el mensaje (por ejemplo, Novecento, o Senderos de Gloria). El estilo, documental y carente de artificios, refleja por una parte una voluntad artística de "no maquillar" lo que cuenta, y por otra, que la película no cuenta con un presupuesto amplio... en este caso, ni falta que le hace. Expresa su idea con claridad y efectividad. Creo que el retrato que transmite es bastante cercano a la realidad que vivimos hoy en día en el mundo "civilizado". La globalización mola, siempre que tengas pasta... pero si no tienes pasta, ya no mola tanto.
Angie es un personaje completamente carente de escrúpulos, que no se detiene ante nada para conseguir su objetivo y desde luego no se plantea si lo que está haciendo es moralmente reprobable o no... es hipócrita, implacable y egoísta, como tanta otra gente hoy en día. No es difícil reconocer en las palabras y actos de Angie actitudes y maneras de ver el mundo no tan lejanas a nosotros. De hecho, cuando poco después de salir del cine vi a un repartidor de Telepizza, pedaleando en bici... un latinoamericano de más de treinta años, trabajando un sábado por la noche repartiendo pizzas... me dio que pensar... por ejemplo: ¿será su único trabajo? ¿Tendrá familia a su cargo? ¿Qué tipo de contrato tendrá?
Loach no da respiro, como ya sucedía en otras obras suyas, como El viento que agita la cebada o la ya lejana Riff Raff, por ejemplo; la película es una auténtica bofetada en la cara. Hay momentos en que las palabras y actos de Angie revuelven el estómago... El único personaje que demuestra tener escrúpulos morales es el padre de Angie, el único que le dice a la cara lo que piensa de ese "negocio" al que se está dedicando. Ella le responde que, sin faltarle al respeto, él ha trabajado toda su vida en el mismo empleo, y ha acabado siendo un viejo pobre, y ella no quiere terminar así. Sobran los comentarios.
Eso sí, En un mundo libre... solamente gustará a quien esté de acuerdo con la idea que defiende... en caso contrario, se despachará la película como un panfleto manipulador (que lo es, lo es... eso no lo discute nadie, lo que pasa es que yo creo que tiene razón). Un caso similar, salvando todas las distancias, sería la reacción que suelen suscitar los documentales de Michael Moore. Me parece necesario, muy necesario, que haya cineastas comprometidos como Loach y otros muchos, y si alguien le acusa de ser un simple fabricante de panfletos, ya sabes en qué lado de la globalización está...
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