Si todas las novelas de J.G. Ballard tienen algo de enajenado, se pasean siempre por el filo, son visionarias y son capaces de conjurar en pocas palabras portentosas imágenes, Crash se lleva la palma en todo ello.
¿Enajenada? Del todo. Sólo de ese modo febril y salvaje se puede abordar semejante historia: la relación entre dos tipos tan tarados que sólo se excitan sexualmente imaginando, orquestando, observando y poniendo en práctica accidentes de tráfico, y si son violentos y con víctimas mejor.
¿Pasear por el filo? Más que pasear, acostarse en el filo y frotarse contra él hasta hacerse sangre. Uno de los dos protagonistas sobrevive a un accidente de tráfico, en el cual choca con un coche en el que viajaba un matrimonio; el marido muere, y el protagonista (también llamado Ballard, por cierto) se "enrolla" con la viuda. El otro protagonista, el sin par Vaughan, desahoga sin cortarse un pelo su obsesión por Elisabeth Taylor y por los coches veloces lanzados a toda pastilla contra otros vehículos y ver qué pasa, de la que dan cuenta sus numerosas cicatrices.
¿Novela visionaria? Bueno, puede parecer ajeno y extraño que alguien se obsesione con objetos inanimados, que alguien encuentre el plástico y el metal tan excitantes como la carne (o más). ¿Extraño? Mira a tu alrededor. En tu bolsillo o en tu bolso, en tu escritorio, en tu casa... Un MP3, una videoconsola o varias, un ordenador, un móvil, un lector de libros, una tableta, un televisor de pantalla plana… sigue contando. La imparable e inevitable tecnología, en continua evolución, nos rodea, nos envuelve, nos hace la vida más cómoda (a veces, eso no significa que la haga más fácil). Ya hay quien diagnostica casos de adicción a las redes sociales. Habrás visto por la calle que la gente suele andar con el teléfono móvil en la mano, sin soltarlo para nada, igual que hay gente que, de manera voluntaria o involuntaria, no pueden separarse de sus coches...
¿Crear imágenes portentosas? La impresionante imaginación visual de Ballard, presente en todas sus novelas, alcanza aquí grados de sofisticación alucinantes. ¿Cómo se describe y se comunica algo tan bizarro, personal e intransferible como las fantasías sexuales? Pues como lo hace Ballard. Sin concesiones, con crudeza, lanzándose a tumba abierta por una pendiente de nudos de autopistas, obsesiones y encuentros sexuales sucios, violentos y turbadores.
Una novela impresionante en todos los sentidos, tan en el filo (o más) como American Psycho, por hablar de una "hermana espiritual" (aunque la célebre novela de Brett Easton Ellis es de mucho menor calado). Crash es una crónica de personas atrapadas en extrañas obsesiones de las que no pueden ni quieren escapar, recorriendo interminables nudos de autopistas en busca de emociones, en una especie de vacío en el que solo existen el próximo accidente, el próximo polvo, la próxima pastilla. Advertencia, si decides subirte con Ballard y Vaughan a bordo de Crash: no será un viaje agradable... pero merecerá la pena.
Una de las mejores novelas de J.G. Ballard, sin duda. Y eso es decir mucho. Otras críticas de la novela, aquí y aquí. Ahora, me veo obligado a hacerme con la película dirigida por ese otro creador de imágenes perturbadoras que es David Cronenberg…
2 comentarios:
http://thecomposites.tumblr.com/post/17275656447/vaughn-crash-jg-ballard-his-exhausted-face-with
Muy curioso! Aunque el aspecto de las caras es un tanto inquietante... Gracias por el link!
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