La catarata de tebeos protagonizados por Thor que Marvel ha puesto a nuestra disposición a lo largo de estos últimos meses puede dividirse en dos secciones: los buenos y los malos. Entre estos últimos, "brilla" con luz propia el Thor: Por Asgard de Rodi y Bianchi, aunque hay otro peor, y si no me crees, espera a leer el Astonishing Thor de Rodi y Choi; pero también está el Thor: First Thunder (bastante malo, también), el flojito e innecesario nuevo Thunderstrike, y algun que otro one-shot bastante deleznable.
Y entre los buenos, naturalmente, el Marvel Héroes dedicado a Las Edades del Trueno; Loki: Dios de las Mentiras (que pee a ser un simple reciclado de ideas antiguas, funciona la mar de bien), y las reediciones de clásicos (dejando aparte el asunto del nuevo color de los Relatos de Asgard, que no acaba de funcionar) destaca uno que quizá te haya pasado desapercibido: el recién aparecido Thor: El poderoso vengador, dentro de la línea Marvel Impact, que recoge cuatro de los ocho capítulos de la serie original.
Los dos autores son conocidos, pero no grandes estrellas. A Chris Samnee le has visto dibujar ya unos cuantos tebeos (Capote en Kansas, Queen & Country, Asedio: Infiltrados…) y su estilo suelto y expresivo siempre es bienvenido, aunque en el "registro superheroico" (o sea, en el cánon de estilo de Jim Lee) no acaba de encajar, ni falta que le hace. Y el guionista, Roger Langridge, además de escribir cómics de The Muppets, también creó en solitario hace unos años una pequeña maravilla llena de amargura y mala leche, El Payaso Feliz (ojo, no confundir con Ed, el Payaso Feliz de Chester Brown).
Los dos cogen una idea bien conocida, la del clásico destierro de Thor debido a su arrogancia juvenil, y convierten al asgardiano en un mocetón atolondrado, abandonado en un mundo que no comprende, cuya primera misión es encontrar su martillo… y de paso, enamorar a (y enamorarse de) la joven Jane Foster.
Chispa y gracia, eso es lo que derrochan ambos autores a manos llenas en historias autoconclusivas que se leen con gusto y que superan ampliamente la media del registro "juvenil" en el cual se encuadran. Chispa y gracia. Exactamente lo que se echa de menos en la mayoría de los tebeos de superhéroes Marvel y DC hoy en día, ahogados en continuidades abigarradas e interminables crossovers. Simplemente compara los anodinos Vengadores de la Edad Heroica con Ultimate Spiderman o Invincible Iron Man, no digamos con maravillas como The Umbrella Academy, por ejemplo.
Es una verdadera pena que este tebeo solamente alcanzase los 8 capítulos en EE.UU. Y esperemos que Panini publique también los cuatro episodios restantes...
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