"You're going to need a bigger boat."

"You're going to need a bigger boat."

viernes, 9 de marzo de 2012

2012, bicentenerio de Dickens presenta… DAVID COPPERFIELD

¿Qué mejor manera de celebrar el bicentenario de Dickens que releer David Copperfield? Además, no una sino dos nuevas traducciones al castellano están al alcance de cualquier lector, gracias a Alba y Alianza… Estamos de suerte.

La historia del joven David Copperfield, desde su accidentado nacimiento hasta su serena madurez al lado de Agnes, llena de elementos autobiográficos, contiene además algunos de los retratos de personajes más inolvidables del escritor, cuya figura ya se trató (probablemente no tan bien como merece) en este mismo blog, aquí.

El aprendizaje vital de David se va desarrollando entre diversos personajes y ambientes, muchos de ellos fáciles de rastrear en la propia biografía del autor. Las huellas folletinescas de las primeras obras de Dickens permanecen en esta enorme novela: ahí están personajes como el de la desdichada y redimida Martha para demostrarlo.

Pero en los envarados y siniestros hermanos Murdstone, en el embaucador encanto de Steerforth, o en el propio Copperfield, Dickens crea personajes más matizados, menos estereotipados, que anticipan los temas y el rumbo de las novelas que vendrán después, y que serán sus obras más ricas, más profundas. Eso no quiere decir que las obras anteriores sean malas: pero la cantidad de temas, de matices, que aparecen en novelas como Casa Desolada, Tiempos Difíciles o la misma David Copperfield es muy superior a los divertidos enredos del Pickwick, o a las más abiertamente folletinescas Oliver Twist o Almacén de Antigüedades, por ejemplo.

A veces alegre, a veces triste, como la vida, la historia de David está bien surtida de avatares, sorpresas y personajes inolvidables. La abnegada sinceridad y bondad encarnadas en Agnes contrastan con la interesada malicia del tétrico Uriah Heep; la inconsciencia atolondrada de los inefables Micawber se equilibra con la terca rigidez de los hermanos Murdstone o la señora Steerforth; la amabilidad y el carácter bonachón de Traddles se contrapone al falso y deslumbrante encanto de Steerforth; la tranquila vida de provincias encarnada por la formidable tía Betsey (excepción hecha de su eterna guerra contra los burros que invaden su terreno) o los bondadosos hermanos Peggotty y su familia tiene su oscuro reflejo en las callejas sucias y embarradas de Londres y los laberintos de los Doctors' Commons, temas tan del gusto del autor y que desarrolló en practicamente todas sus obras.

Un clásico. Así de sencillo.

No hay comentarios: