"You're going to need a bigger boat."

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viernes, 18 de mayo de 2012

RODEADO DE PAPEL (SIN DIBUJOS) presenta… 22/11/63, de Stephen King

Zambullirse en un libro de Stephen King, después de haber degustado tantas y tantas páginas de su apabullante producción a lo largo de las últimas décadas, siempre es un aliciente, y a la vez da un poco de miedo. ¿Será de los buenos? ¿Será de "serie B"? ¿Mantendrá el viejo King esa innata capacidad suya para cogerte y no soltarte hasta que llegas a la última página del libro?

En el caso de este 22/11/63, la respuesta a esta última pregunta, sin duda, es "sí". La aventura de Jake Epping, un hombre corriente que de repente se encuentra con la posibilidad de hacer algo fuera de lo corriente, gracias al descubrimiento inesperado de una máquina del tiempo oculta en su vecindad.

Así, King navega esta vez por derroteros más cercanos a la ciencia-ficción que a su habitual terror gótico, y nos propone un vívido viaje al pasado. Pero no un simple ir y volver, sino toda una inmersión en la América de los años 60 es lo que experimentará Jake, residente en Lisbon Falls (Maine, naturalmente), en pos de Lee Harvey Oswald y de la posibilidad de impedir la muerte de John F. Kennedy.

La premisa de la que parte Al, el amigo de Jake que oculta la máquina del tiempo en su trastero, de que la muerte de JFK fue el inicio de todos los males posteriores y que las cosas serían mejores si se hubiera salvado puede considerarse algo ingenua (y muy yanqui, desde luego), pero King deja bien claro que no tiene más ambiciones que la de entretener.

Con 22/11/63, King no pretende resolver uno de los grandes misterios del siglo XX. Sólo pretende llevarnos de la mano a un pasado que sabe mejor, huele mejor, brilla más, aunque no todo en él sea idílico, como también se encarga King de señalar. Ese es el mayor aliciente de la novela: la vívida descripción de la Norteamérica de los años 60 que nos ofrece King, con su habitual detallismo, mezclando detalles reales y ficticios, incluido como propina un regreso a uno de esos lugares de ficción que marcan a fuego la mente de cualquier fan del autor de El Resplandor, lo que él mismo denomina "lectores constantes": Derry, Maine.

Por lo demás, la novela se disfruta porque engancha de una manera endiablada. Más de 800 páginas escritas con el estilo de siempre de King (para qué cambiar): un estilo detallista, ingenioso, de veterano contador de historias. Además, las andanzas de Jake nos conducen a un desenlace satisfactorio y coherente con el trasncurrir de la historia.

Así, 22/11/63 es ciencia-ficción clásica a más no poder, aliñada con unas gotas de terror, un poco de historia, unas buenas dosis de suspense y algo de romance muy bien manejado para componer una novela que demuestra que el bueno de King no ha perdido ni gota de su talento y cuando la historia es buena, aún es capaz de enganchar al lector y no soltarle. Y de eso se trata, gente.

Una frase: "Es la maldición de la raza lectora. Nos pueden seducir con una buena historia hasta en los momentos más inoportunos".

En resumen: muy recomendable.

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