Este libro, editado por Libros del Asteroide, recopila una serie de artículos que el escritor Marcos Ordóñez dedicó a la figura de Perico Vidal, todo un personaje en la "España cinematográfica" de los años 60 y 70.
En aquellos años, el cine de Hollywood encontró en la España de Franco un verdadero filón de costes baratos y profesionales dedicados competentes para producir largometrajes y series de televisión. En esa época, leyendas de Hollywood como Ava Gardner, entre muchos otros, por no hablar de directores como Nicholas Ray o David Lean, rodaron en España filmes míticos de la época como Orgullo y pasión, 55 días en Pekín, Lawrence de Arabia, El Cid, Doctor Zhivago y muchas otras, como los célebres spaguetti westerns de Sergio Leone y tantos otros. Lo que hoy es gran noticia, un rodaje americano en España, entonces era simple costumbre.
Y en aquel ambiente, en el que los rodajes y las fiestas se sucedían casi sin solución de continuidad, se movía Perico Vidal, todo un personaje que transmitió a Ordóñez multitud de historias de primera mano, que van desde las anécdotas con chispa sobre los avatares de los rodajes, los roces, las amistades, los amoríos, los problemas... hasta la cercanía con la que Vidal llegó a conocer a leyendas como Frank Sinatra o David Lean, con quienes le unió gran una amistad. Siempre con la sinceridad de un tipo que llegó a ser quien fue a base de tesón y amor por su profesión, un hombre imperfecto que viajó por medio mundo y cuya vida es un verdadero documento de la época. Ordóñez combina el relato de Vidal con un epílogo en el que Alana, la hija de Vidal, relata desde su punto de vista su relación con su padre.
En resumen: tan emocionante como brillante.
2 comentarios:
Recuerdo que fui a ver la de "Dr.Zhivago" con un amigo y había dos o tres actores (extras o secundarios-terciarios, ya me entiendes) que por lo visto después de esa peli habían subido... no en la carrera dramática, sino en otras. Supongo que llamarían a los "mejores" (aparte de que supieran inglés) para este tipo de producciones, claro.
De todo habría, imagino. En el libro se habla de mucha gente, y sobre todo Vidal pone el acento en la profesionalidad de técnicos, que era lo que atraía los rodajes.
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