Esta es una de esas películas tan comprometidas como difíciles de olvidar. Conducta es un verdadero canto al poder de la educación, a la dignidad y a la responsabilidad, encarnadas en la figura de Carmela (excepcional Alina Rodríguez), una profesora a punto de retirarse después de una vida de trabajo enseñando a decenas y decenas de escolares. Niños y niñas como Chala (también excepcional Armando Valdés Freire), un chaval que tiene todas las papeletas para convertirse en un delincuente, y a quien Carmela se empeña en llevar por el buen camino, contra viento y marea: contra la miseria en la que viven, contra los prejuicios de todas clases, y contra la tiesa administración educativa que se preocupa más de las frías normas que de los personas.
El film escrito y dirigido por Ernesto Daranas huye de los tópicos y presenta un relato donde lo más importante es la dignidad y la responsabilidad. Carmela, encarnación misma de la rectitud moral y del compromiso, rebelde y sacrificada, sirve de espejo en el que colegas y alumnado se miran, y como suele suceder, cuando alguien hace el bien a su alrededor, consigue que más gente haga el bien.
Brillantísimo ejemplo de cine social del bueno, sin las habituales babosadas del cine anglosajón más comercial, Conducta es un film soberbio que, además, debería ser de visionado obligatorio en colegios e institutos, y no digamos para estudiantes de magisterio.
En resumen: "si le tratas como a un delincuente, tendrás un delincuente". Una película excepcional. Date prisa en verla antes de que desaparezca de la cartelera... Más información, aquí.
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