"You're going to need a bigger boat."
lunes, 7 de diciembre de 2015
Películas recién vistas: EN EL CORAZÓN DEL MAR
Leí el apasionante libro de Nathaniel Philbrick hace una pila de años, y lo releí hace poco. Aquella primera lectura llegó poco después de tragarme la versión íntegra de Moby Dick y alucinar en colores.
El guión de la versión fílmica de En el corazón del mar mezcla con acierto, a la manera más clásica de Hollywood, tan falsa como efectiva, la historia real del ballenero Essex con una supuesta investigación de Herman Melville, en busca de su gran novela, y su encuentro con Thomas Nickerson, superviviente del naufragio.
Está claro que la historia del Essex fue una de las inspiraciones, pero no la única, de Moby Dick. El propio Philbrick ha manifestado estar encantado con el resultado de la adaptación de su libro al cine. No hay que preocuparse de buscar qué es verdad y qué es inventado. Recomiendo a todas las personas humanas que vean la película que acto seguido se zambullan en las páginas del recién reeditado ensayo de Philbrick para conocer más del asunto.
Para alguien con un mínimo interés en Moby Dick, esta es una cita obligada. Pero la nueva película de Ron Howard es un verdadero caramelo para los amantes del buen cine de aventuras. Documentado en todos los detalles, bien medido de ritmo y sin ocultar (pero tampoco sin cebarse en) los detalles más morbosos de la peripecia de los balleneros del Essex, el film triunfa en practicamente todos los aspectos. Visualmente, es espectacular, y los efectos especiales, evidentemente, brillan en los momentos de acción.
Dentro de un reparto lleno de caras conocidas (como por ejemplo Jordi Mollá, o medio plantel de secundarios de Juego de tronos; venga, a ver si les reconoces a todos…), quizá le falta algo de empaque dramático a Benjamin Walker, el actor que da vida al capitán Pollard. La inexperiencia y desprecio de Pollard, descendiente de toda una estirpe del negocio ballenero, hacia su primer oficial, Owen Chase (un Chris Hemsworth algo mejor elegido para el papel del temerario marino, siempre forastero y desarraigado, siempre ansioso por probarse a sí mismo) está tratada muy en la onda del enfrentamiento entre Bligh y Christian en Rebelión a bordo, pero sin islas paradisíacas de por medio.
Esa rivalidad entre ambos determinará el viaje… hasta el encontronazo, en pleno Pacífico, a mil millas de ninguna parte, con el fatídico cachalote que echa a pique el ballenero en un periquete. Un monstruo descomunal cuya fantasmagórica presencia es una carta que el film juega con acierto.
En resumen: qué gozada.
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